Este jueves, el Congreso de Guanajuato volvió a convertirse en un termómetro de consignas entre grupos a favor de la vida y la familia tradicional, y colectivos de la comunidad LGBT+ y proaborto.
En este duelo de porras, los grupos provida y en defensa de la familia tradicional resultaron mayoría: cerca de 80 personas provenientes de municipios como León, Irapuato, Salamanca y Celaya se hicieron presentes, superando de manera amplia a los colectivos de la diversidad.
Ello ocurrió pese al presunto “madruguete” que denunciaron, al señalar que se intentó acelerar de último minuto la discusión sobre tres temas: la aprobación del matrimonio igualitario, la prohibición de las llamadas terapias de conversión y el archivo de las iniciativas para despenalizar el aborto. De estas propuestas, solo se archivaron —por mayoría— las iniciativas relacionadas con la despenalización del aborto; en tanto, el matrimonio igualitario y la prohibición de las terapias de conversión fueron aprobados.
Uriel Esqueda, activista provida, declaró que el Congreso no quiere abrir el diálogo sobre este tema.
“Ya había la confirmación de más de 2 mil personas para el día de hoy y derivado de que no se encontraba en el orden del día y también de las afectaciones de las carreteras, la movilización, habíamos tomado la decisión de retomarla la próxima semana y estar aquí presente y ante este madruguete que se dio que empezaron a enlistar los temas de último momento, aún así hay presencia de sociedad civil”, dijo.
Uriel consideró que obtuvieron una victoria para la defensa de la vida, aunque calificó las otras dos iniciativas como “dos duros golpes a la familia”.
Con pañuelos azul celeste, carteles y lonas con mensajes en contra del aborto, los asistentes aseguraron que permanecerán vigilantes para que Guanajuato continúe siendo un estado “provida”.
Por su parte, cerca de 30 integrantes de colectivos feministas y de la diversidad sexual celebraron el hecho histórico de que en Guanajuato ya sea ley el matrimonio entre personas del mismo sexo y la prohibición de las terapias de conversión, portando paliacates verdes y banderas arcoíris.
María Alcántara, de la Red de Acompañantes de Aborto León, sostuvo que, pese a que el aborto continúa penalizado en la entidad, es solo cuestión de tiempo para que sea legal.
“No es necesariamente un sentimiento de irnos con las manos vacías”, dijo.
Para ella, se trata de un avance inevitable.
“No pueden hacerse de la vista gorda, mucho tiempo más; hay ya me parece tres o cuatro demandas de amparos que están buscando de despenalizarlo por la vía de amparo, y pues también sabemos que el que se archive el dictamen facilita los procesos dentro de estas mismas demandas”, dijo.