Como parte de la festividad del "Niño Cieguito" decenas de fieles acuden al Templo Conventual en la calle 16 de septiembre del centro histórico, y obsequiar un juguete como cada año.
La imagen religiosa, según la leyenda, fue víctima de un robo y le fueron arrancados los ojos de esmeralda.
Desde temprano hora, se realizaron las tradicionales mañanitas, a la imagen que lucia ya con adornos coloridos como globos y decenas de flores, posteriormente se contó con una misa por la paz de México y el mundo.
A las afueras del templo, se pueden apreciar más de 10 puestos de comida, antojitos, que los visitantes disfrutaron después de visitar al "Niño Cieguito", quienes además adquirieron una imagen o veladora para llevársela a su hogar.
En la entrada de Templo Conventual en la calle 16 de septiembre del centro histórico, se encontraba Gustavo Colín en compañía de su esposa y dos bolsas grandes de juguetes que obsequia a todos los niños y niñas que salían de visitar al Niño Cieguito, lo anterior como una manda que hizo, gracias a los milagros y favores que recibió por dicha imagen.
Explicó, que es vecino de la zona y desde hace cerca de 20 años, ha acudido a regalar juguetes y dulces, además de agradecer por todos los milagros que ha tenido y bendiciones.
Añadió que esta acción la llegó hacer con su mamá, que ya esta descansando, y que incluso contó con una misa en dicho templo.
Finalmente, Colín pidió a los poblanos no perder la fe, y acudir siempre a dar gracias a Dios y a la imagen que veneran.
La leyenda cuenta que en 1744, un ladrón robó la imagen de la Virgen que sostenía al Santo Niño Jesús, y al ver que tenía ojos de esmeralda, le arrancó los ojos. A pesar de la tragedia, la imagen se convirtió en un símbolo de fe y milagros, especialmente relacionados con problemas de la vista.
La fiesta se celebra en el templo donde se encuentra la imagen, un convento de clausura donde las monjas se dedican a la oración.
El Niño Cieguito es una figura peculiar, con ojos rojos, cabello largo, pecho descubierto y un taparrabos rojo, y a menudo se le ve con los ojos en la mano.
CHM