A dos años de la masacre en la ex Hacienda de San José del Carmen, cometida el 17 de diciembre de 2023 en el municipio de Salvatierra, sus paredes aún guardan el hecho que ocurrió ahí y que terminó con la vida de 11 jóvenes que se habían reunido para la celebración de una posada navideña.
Este ataque armado sigue dejando secuelas. Sigue separando familias. Algunos sobrevivientes pidieron asilo político en Estados Unidos tras recibir amenazas. Otros continúan sufriendo las consecuencias de las heridas que padecieron, mientras que algunos familiares, narraron a MILENIO, siguen sin recibir ayuda.
Las familias coinciden en que no pueden exigir justicia y que quienes dispararon esa madrugada continúan libres; se presume que pertenecen al Cártel de Santa Rosa de Lima.
La ex Hacienda, marcada por la violencia
MILENIO recorrió el lugar y confirmó que aún se pueden observar en la barda principal decenas de impactos de bala de armas de alto poder, disparadas por integrantes de un grupo armado.
La finca antigua que llamaba la atención, además de tener grandes jardines verdes donde se realizaban todo tipo de fiestas, cambió. Ahora luce deteriorada, sombría, tétrica y, en algún momento, incluso provoca escalofríos.
Una posada que terminó en masacre
Apenas iniciaban las posadas y un grupo de amigos decidió reunirse ahí. Eran jóvenes de entre 16 y 30 años. Ya habían roto la piñata y distribuido los aguinaldos —bolsas de dulces—. La reunión continuó entre bebidas y música que tocaba un grupo norteño.
En la madrugada, un grupo de personas intentó ingresar a la reunión, pero se les prohibió el paso; eran personas desconocidas.
De acuerdo con el testimonio de sobrevivientes que lograron refugiarse, aseguraron que estos regresaron después, acompañados de más hombres fuertemente armados, y abrieron fuego contra los presentes.
El saldo oficial del ataque
La Fiscalía General del Estado reportó tras este hecho 11 personas sin vida y 14 lesionados; también informó el aseguramiento de 195 elementos balísticos de varias armas largas, calibres .223 y 7.62, aunque los impactos que quedaron en las bardas muestran que fueron muchos más.
Además, incendiaron varios vehículos que se encontraban estacionados en el lugar.
Desde entonces, la ex Hacienda de San José del Carmen, ubicada sobre la carretera estatal Salvatierra–Cortazar, dejó de operar.
Un lugar cerrado y en abandono
MILENIO solicitó ingresar y recorrer la ubicación; sin embargo, el acceso al inmueble fue restringido. Ernesto Rosas, propietario del sitio, explicó que no se permite el ingreso debido a las condiciones actuales de la finca.
De acuerdo con testimonios recabados por MILENIO, los jóvenes se conocían desde el kínder, otros desde la secundaria, pero todos crecieron juntos.
Las víctimas: jóvenes con historias truncadas
Las y los jóvenes asesinados fueron Galileo Almanza Lezama; Antonio Sánchez, egresado de la Universidad de Guanajuato; David Hernández; Emiliano Vargas, estudiante de Ingeniería Mecatrónica del Tecnológico Nacional de México en Celaya; Thalía Cornejo, ex reina de la Feria de la Candelaria 2017; Macarena Becerril; Irving Ruiz; Héctor Almaraz, de apenas 16 años; y Marco Antonio López, integrante de la Liga Municipal de Baloncesto de Salvatierra.
A la lista se suman Tadeo Cornejo, músico del grupo Dinastía Cornejo, y Juan Luis García Espitia, de 36 años, quien era integrante del staff de la banda que amenizaba la posada.
Algunos sobrevivientes piden asilo político en Estados Unidos
Sergio Cornejo es hermano y tío de dos sobrevivientes de ese ataque, pero también perdió en ese hecho a dos sobrinos, un hombre y una mujer, por lo que asegura que esto les cambió la vida a todos.
La plática con Sergio Cornejo fue vía telefónica; prefirió hacerlo así porque asegura que el ataque, ocurrido la madrugada del 17 de diciembre, tuvo consecuencias.
Sus familiares pidieron asilo político en Estados Unidos tras recibir amenazas del grupo criminal:
“Mis hermanos decidieron irse a Estados Unidos por lo mismo de que recibieron muchas amenazas. Amenazas por llamadas y otras por personas extrañas; decidieron dejar Salvatierra, pidieron asilo político y se fueron para Estados Unidos”.
Detalla que, tras estos hechos, al menos seis personas dejaron Salvatierra y desde entonces viven en Estados Unidos, entre ellos tres sobrinos, su cuñada y su hermano, además de una persona del staff del grupo norteño que tocaba esa noche.
Heridas que no sanan
Al preguntarle sobre las heridas que sufrieron sus familiares y si aún utilizan medicamentos, explica:
“A mi hermano le dejaron muchas esquirlas adentro, no se las sacaron porque era muy peligroso para él. Ya mejor lo dejaron así, porque al sacarlas podrían destruir los nervios; iba a ser peor”.
Su hermano recibió un impacto de bala en el abdomen y aún continúa tomando ciertos medicamentos, mientras que uno de sus sobrinos logró sobrevivir pese a que tuvo un balazo en el pulmón.
“A mi sobrino fue al que le dieron un balazo en el pulmón y otro en la mano; sigue tomando medicamentos. Yo pienso que será por un buen tiempo todavía. También le quedaron muchas esquirlas en su cuerpo por las balas; no se las pudieron sacar. Un médico le dijo que mejor se quedara así”.
“Todo sigue igual”: la percepción de impunidad
Al preguntarle sobre las investigaciones y la detención de dos personas como presuntos responsables de este hecho, responde:
“Está todo igual, todo sigue igual. No se ha sabido del caso; nuestros familiares y las personas que perdimos, en cuestión de si han agarrado a otras personas, creo que no. Todo sigue igual”.
Y cuestiona directamente las detenciones realizadas:
“Las personas que agarraron no eran; esas personas no eran, nada más las pusieron ahí para taparle el ojo al macho”.
No exigen justicia por temor
A dos años de los hechos, las familias aseguran que el dolor no ha disminuido y que el proceso ha sido largo, sin acompañamiento integral.
Nadie quiere hablar de lo sucedido. Los familiares de las personas que murieron en esa posada tienen miedo de exigir justicia porque, hasta hoy, solo fueron detenidos dos responsables del total del grupo armado que ingresó, que de acuerdo con las autoridades se estima fueron entre ocho y 12 sujetos.
“Nunca recibí ningún tipo de ayuda”
Una madre que perdió a su esposo durante la masacre, quien pidió no dar a conocer su nombre, relata que desde entonces su vida cambió y que nunca recibió ningún tipo de ayuda:
“He estado trabajando para sacar adelante a mis hijas. Ha sido muy doloroso. No tengo muchas palabras que decir; o sea, igual que yo, pues muchos de nosotros hemos sufrido todo este proceso (…) estoy viviendo un duelo muy fuerte. Aparte de que tengo que trabajar para mantener a mis hijos, pues ahora sí que me quedo sin palabras”.
Y señala: “Me da mucho temor hablar porque pudiera pasar algo, ¿no? Entonces, por eso nos quedamos a veces callados”, responde de manera nerviosa, al mismo tiempo que verifica que ningún vecino la observe.
Silencio y miedo en la comunidad
La ex Hacienda se ubica en la comunidad de San José del Carmen.
Ningún habitante quiere dar entrevistas, evitan las cámaras y optan por guardar silencio.
Algunos aseguran que sus familiares recibieron amenazas desde que ocurrió la masacre, por lo que es mejor no hablar.
El proceso judicial, entre miedo e incertidumbre
Vía telefónica, Angélica Almanza, tía de Galileo Almanza Lezama, una de las víctimas, explica que el proceso judicial se vive con miedo e incertidumbre:
“Pues la Fiscalía les dio fecha de estar ya en el proceso del juicio, ya está cercano. Pero con todo esto y la violencia tan desatada en Salvatierra, pues las familias tienen miedo. Nadie les garantiza que sentarse a acusar a alguien y seguir el proceso por justicia los libre de alguna desgracia más grande”.
Galileo Almanza, su sobrino y una de las 11 víctimas, dejó un hijo; Angélica explica que recibe una ayuda de las autoridades de alrededor de 3 mil pesos al mes.
Los únicos detenidos fueron El Borre y Paloma “N”: FGE
En febrero de 2024, la Fiscalía General del Estado de Guanajuato informó la detención de Óscar Osvaldo “N”, alias El Borre, y Paloma “N”, señalados como presuntos responsables de la masacre en Salvatierra. Ambos fueron además vinculados a actividades delictivas en la región Laja-Bajío.
Sin embargo, según testimonios recabados por MILENIO, se informó que Óscar Osvaldo “N” falleció días después de ingresar al centro penitenciario. Paloma “N” continúa sujeta a proceso.
La audiencia inicial fue aplazada y el proceso judicial ha avanzado lentamente.
Un saldo judicial mínimo
A dos años de la masacre, el saldo judicial es limitado: solo dos personas detenidas, una de ellas aparentemente fallecida en prisión, y ninguna sentencia por el asesinato de los once jóvenes.
Para los familiares, estas detenciones no representan justicia.