Piensa en el rock latinoamericano y sus multigéneros y muy pocas ocasiones se da la internacionalización al mercado anglosajón. Santana rompió barreras, aunque prácticamente era gringo de educación. Algunas bandas de rock con sus variantes comerciales, y muy pocas de metal, llegaron con su idioma.
Es por ello que Sepultura es especial, no solo por la reflectores que alcanzaron a finales de los ochenta, sino porque sirvieron de inspiración para muchas otras bandas que buscaban ‘pegar’ en EU o Europa. Su influencia hoy es palpable.
Nacida en el thrash metal, se asumió como una transportadora de los mensajes libertarios para esta parte del planeta: justicia al indigenismo, romper la pobreza, la guerra, que como en su Brasil, afecta a la mayoría.
Se fueron comiendo al mundo, luego lo revolucionaron con el declamatorio y novedoso Chaos AD (1993), lleno de instrumentaciones nativas de los pueblos originarios, sonido más progresivo en Roots (1996), ambos en el mainstream.
En retrospectiva, Sepultura es más que Chaos-Roots: Beneath the Remains (1989), y sobre todo el implacable Arise (1991), considerado por los más puristas del género como el mejor álbum grabado por los de Belo Horizonte en 5 placas de la era (sin contar los Ep’s Morbid Visions y Bestial Desvatation).
Luego, como sí la maldición de Yoko Ono fuera suerte de rockeros, Sepultura se rompería por influencia mórbida del amor. La voz de Max (Massimiliano) Cavalera comenzó un periplo al que una década después le alcanzaría su hermano, Igor.
En 2009 y 2010 se presentó el mundo el Big Four del thrash, un evento transmitido en vivo a todo el mundo con récords históricos de audiencia, con Metallica, Slayer, Megadeth y Anthrax. Muchos aun pregonan que hay más que eso, como Exodus, Testament... y obvio, Sepultura
Siguiendo la historia, los hermanos Cavalera giran el mundo e incluyen a Tampico el próximo 4 de junio, con un set list basado en su época más rudimentaria, la del Beneath-Arise. Brutal.
JACM