Del más reciente libro de Cecilia Eudave, Al final del miedo, Margo Glantz destaca su capacidad de llevarnos “siempre a los sutiles límites que existen entre lo insólito y lo real”.
“Soy una escritora que me gusta ubicarme en las perspectivas de lo insólito, en estos géneros miméticos que no se aferran a la realidad pactada y nos resultan menos convenientes para explicar lo que está pasando”, reconoce la autora, lo que no sólo se refleja en sus cuentos, sino también en sus novelas e, incluso, en sus microrrelatos.
- Te recomendamos Libro reúne crónicas sobre la lucha de los movimientos estudiantiles del 68 y 71 Cultura
“Desde siempre me ha gustado escribir desde ángulos menos convencionales. Por eso, Al final del miedo es un poco inclasificable, porque no podemos hablar de ciencia ficción, no podemos hablar de una literatura fantástica convenida, de un libro de terror… es un libro híbrido”.
Se trata de un volumen de cuentos en donde el lector tiene la posibilidad de confrontarse con sus temores, de mirarse al espejo para encontrar al otro, pues no siempre se trata de que les devuelvan su imagen, si acaso de establecer una relación de contacto, de búsqueda, más allá de sus propios miedos.
“Me gusta hablar de mi escritura, particularmente de este libro, como si se situara en el umbral, en un punto en el que puedo ver lo real y lo insólito, y desde ahí tomar lo mejor de cada parte para construir mis historias, dejando espacios, silencios, buscando esos intersticios donde nos podemos refugiar y no tenemos que decidir en qué espacio queremos estar, sino dejarnos llevar por un estado de inflexión, donde tenemos que tomar ruta, decidir hacia dónde nos vamos a dirigir o cómo vamos a afrontar nuestros miedos, nuestras angustias más profundas”, explica Cecilia Eudave.
"Por ello, el libro no se llama El final del miedo, sino Al final del miedo (Páginas de Espuma, 2021), porque una vez que llegamos allí no quiere decir que ya no habrá otros miedos: al terminar el libro hay un dejo esperanzador, pero lo que estaba buscando con este diálogo es el reconocimiento de que no se va a encontrar la felicidad, sino quizás el rencor o más miedo, angustia".
La cercanía del fracaso
Todos los personajes que integran el volumen están muy cerca de la derrota o del fracaso y, si bien no necesariamente los busca Cecilia Eudave, están presentes porque no dejan de ser los más interesantes en la literatura: “son los patéticos, los tristes, los miserables, los que creen que no tienen una historia buena que contar. Esos son los que nos hermanan, porque así somos casi todos”.
“Me encantan los antihéroes, pero los contemporáneos, no los héroes clásicos y románticos de la literatura, sino este antihéroe contemporáneo que somos todos nosotros, porque hay la posibilidad de vivir subjetividades anómalas, de descubrir lo anómala de la vida, de la realidad, que está más allá de los que nos han enseñado a hacer: se niegan a ser sujetos de rendimiento, a estar en un sistema una vez que llegan a su crisis y descubren que todo lo que han vivido no les ha servido de nada”.
Muchos de los textos de Cecilia Eudave, desde los que podrían resultar más fantásticos, sobre todo en el microrrelato, hasta las novelas que son “inusuales”, como las llaman ahora, le permiten hablar de todos estos personajes desde un punto de quiebre, que es el momento más interesante en la vida de cualquiera.
“Lo que me interesa en toda mi escritura es cómo impacta todo ese horror social en los personajes, cómo nos fractura, cómo nos desplaza, nos vuelve seres de excepción y nos hacer ser más".
PCL