Reconocido por sus intensas coberturas de movimientos de migrantes centroamericanos y por sus contundentes imágenes de la violencia vinculada al narcotráfico, esta vez el fotoperiodista obtuvo el primer lugar en la categoría Deportes en el Pictures of the Year (POY) Latam 2021, el concurso fotográfico más importante de Iberoamérica que premia a creadores de América Latina, España, Portugal y El Caribe. En esta edición, en la que participaron más de mil fotógrafos, fueron reconocidos ocho mexicanos.
La imagen de un surfista desafiando olas descomunales en Punta Rocas, Perú, capturada por Arias con la ayuda de un dron, añade un premio más a la lista del documentalista mexicano.
Tu trabajo sobre migración o narcotráfico es más reconocido, ¿cuál es tu relación con la fotografía de deportes?
Así comencé, haciendo imágenes de deportes, cubriendo futbol en Guadalajara para la agencia AP. En los últimos diez años de mi carrera me he dedicado a la cobertura periodística de otro tono, pero he seguido haciendo fotos de deportes. He cubierto el Mundial de Sudáfrica y el de Brasil, también la Copa América y la Confederaciones, entre otros eventos deportivos.
[Foto: Guillermo Arias]
En 2019 fui parte del equipo de fotógrafos de los Juegos Panamericanos, en Perú. La imagen con la que participé en el POY Latam la hice con un dron previo a las competencias, durante el entrenamiento del equipo peruano de surf. Era un día complicado porque estaba muy nublado.
Se cree que las fotos de deportes tienen que ser de acciones muy cerradas e intensas, no necesariamente es así. Algunas veces hay que contar la historia alrededor, mostrar el contexto. La imagen premiada combina la foto de acción con la foto de prensa, es la imagen del periodista que intenta contar un poco más allá.
¿Qué significan para ti los importantes reconocimientos que te han dado?
Me dan una gran satisfacción personal y profesional. Si bien no me determinan, ni automáticamente me dan trabajo, ni cambian la vida, ciertamente me mantienen vigente en un contexto en el que cada vez hay menos medios de información dispuestos a pagar por las imágenes.
[Foto: Guillermo Arias]
Obviamente es un goce ganar premios como el Visa de Oro, uno de los más importantes en el mundo. Es un premio de fotógrafos para fotógrafos, es como el Cannes, y con frecuencia lo ganan europeos, por eso ha sido muy satisfactorio ser, hasta el momento, el único mexicano en obtenerlo.
Recibiste ese premio en 2019 por tus historias sobre migrantes, ¿cómo ha sido ese proyecto?
Desde 2004 estoy muy involucrado en el tema de migración. En 2017, mientras trabajaba en la agencia AFP, acompañé a la caravana de migrantes centroamericanos, los seguí desde la frontera sur, en Chiapas, y después, en Tijuana, documenté el desarrollo en la frontera con Estados Unidos. AFP envió mi trabajo al Festival Internacional de Fotoperiodismo Visa pour l’Image, en Francia, donde gané el Visa de Oro.
Sigo con ese tema. Hay que esperar para saber cómo será la relación con el nuevo presidente de Estados Unidos. Curiosamente, presidentes van y vienen, pero las dinámicas fronterizas siguen siendo las mismas, lo único que va cambiando es la retórica.
Fotos tuyas como “Cuerpo de un presunto traficante de drogas” han dado la vuelta al mundo, ¿cómo ha sido cubrir historias de narcotráfico?
Durante mi carrera había evitado la nota roja. En 2007, la agencia AP me invitó a venir a Tijuana a cubrir migración, ya se veía venir la ola de violencia derivada de la mal llamada “guerra contra el narcotráfico” y me tocó cubrirla. La historia me abrumó, así que para racionalizar ese monstruo de mil cabezas le puse un nombre a mi trabajo: “La muerte de todos los días”. Traté de fotografiarlo desde el punto de vista de un ciudadano. Es la ciudad donde vivo y son los muertos de todos los días. Hago esas fotos con esa desesperanza, con ese desazón que sentimos todos los mexicanos.
¿Qué tema es más peligroso para un fotoperiodista en México?
Lo más peligroso es la imprudencia. En México han asesinado a fotógrafos de bodas porque le tomaron una foto a una persona que no quería retratarse. La seguridad del periodista tiene que ver, hasta cierta medida, con saber en dónde está parado y hasta dónde está dispuesto a llegar.
Los grandes accidentes se dan cuando uno baja la guardia, y es el caso con el covid, como no lo ves es muy fácil relajarse. Curiosamente, la pandemia es lo que más me ha detenido en los últimos años.
bgpa