El nihilismo influye en mi trabajo: Catalina Bustos

Entrevista | Lado B

Originaria de Concepción, Chile, la joven ilustradora se define como tatuadora de papel, de aspiraciones modestas, por lo que llegará hasta donde su imaginación y el lápiz le alcancen, además de que fue a la FIL a comer mole poblano.

“Hago ‘collage’ de la vida cotidiana y sustituyo el sueño por el deporte”. (Especial)
Abraham Reza
Guadalajara /

Catalina Bustos es conocida en el mundo de las editoriales como Catalina Bu, tiene 30 años y nació en un poblado a las orillas de Concepción, Chile. Es diseñadora industrial e ilustradora por la Universidad del Bío-Bío, sin embargo, a ella no le gustan los títulos y prefiere que le digan que es una “simple dibujante de historias”.

Fue el cuarto día de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara que conversamos con la joven, quien asegura que vino hasta acá solo a comer mole poblano, aunque el pretexto haya sido la presentación de su más reciente libro: En blanco (Almadía 2019).

Dice ser una mujer de aspiraciones modestas y por ello entre sus hobbies se encuentra el pasar largas horas en la cama viendo 31 minutos o dibujando en su taller lleno de libros. Ella no escribe letras, sino dibuja, ilustra y “tatúo el papel con lo que sueño”.

Fue ilustradora del poeta Claudio Bertoni y asegura que entre sus fobias está la comparación.

¿De qué trata En blanco?

Es una recopilación de dibujos, bocetos y pensamientos. Esos que aparecen cuando te sientas en el escritorio frente a la hoja blanca con la intención de hacer una gran obra, pero al final solo quedan garabatos. La historia que cuento tienen que ver con el mundo y el nihilismo de la vida diaria.

Pese a no estar bien visto el nihilismo es lo que más ha influenciado mi trabajo. Aunque lo mío también es hacer política, feminismo y jugar con las formas, romperlas; trabajar no con la belleza ni con el deber ser, sino con la experimentación y con romper esquemas establecidos dentro de la ilustración.

¿Qué hace un ilustrador?

Tiene muchas aristas, puedes ser ilustrador editorial y trabajar con un texto o puedes ser ilustrador botánico, y puedes ser hasta tatuador. Lo que nos une a todos es la habilidad de hablar con dibujos y con formas. Para mí dibujar en un papel es como tatuar, porque se queda plasmado para siempre, sobre todo en los libros que perduran muchísimo.

¿Cómo nace tu pasión por el dibujo?

Fue heredado por mi padre, pues él era de los que trataba de explicar todo con dibujos en servilletas, pedazos de hojas y hasta en sus manos. Pero además es algo nato. Cuando iba al colegio lo que hacía era saltarme las clases de matemáticas para irme a dibujar al patio. Lo mío eran los collages de la vida cotidiana, mis maestros se enojaban, pero nunca me dijeron no, eran muy gentiles conmigo y me dejaban hacer lo que quería.

¿Cuales son tus temas preferidos?

Actualmente es el feminismo, pero ese feminismo que une a las mujeres, que las fortalece, que las hace destacar, no ese que es machista, por favor… No sean machistas entre mujeres, ese es el más terrible porque radicaliza.

¿Qué te pareció el acto de Mon Laferte en los Grammy?

Me encantó porque habla de muchas cosas, fue una manifestación integral, porque pone en jaque muchas cosas, por ejemplo; lo básica que es la gente que se puede espantar por un par de tetas, que no tiene nada de raro y o lo básica que puede ser la sociedad que solo así ponen atención a algo.

Pero no solo fue eso, la crítica al género fue sorprendente, pues cuántas veces no hemos visto a Residente, de Calle 13, sin playera mostrando el pecho y nadie dice nada, pero apenas ven a una mujer y nos permitimos cuestionar y juzgar su cuerpo.

¿Qué frustra a Catalina?

La comparación, mía y de los demás, odio la comparación. Debería eliminarse, esa sensación porque no sirve de nada, todos somos distintos y esa es la gracia de la humanidad, sería horrible que todos pensáramos o hiciéramos lo mismo.

¿Qué opinas de la movilización en tu país?

Es muy difícil avanzar cuando hay tantas trabas y es difícil cuando quien te representa no te escucha y al contrario le gusta ver la sangre correr.

¿Qué es lo que más te duele de estas manifestaciones?

Ver a tanto chileno que pierde sus ojos por el tiro de carabineros. No tengo las palabras adecuadas para expresar la impotencia y el coraje que siento. Hay una negligencia muy grande, no puede ser que por exigir pensiones dignas o salud de calidad la respuesta sea dejarnos tuertos.

¿Qué tan alto quisieras llegar?

Soy una mujer de aspiraciones muy modestas, prefiero mantenerme donde estoy, siempre y cuando tenga mucho papel donde pintar, porque de eso se trata mi vida... Viajar hasta donde mi imaginación me lo permita y llegar hasta donde me alcance el lápiz.

¿Cuáles son tus productos mexicanos favoritos?

El mole poblano, ese que sabe a chocolate y el trabajo de Alejandro Magallanes...

¿Tu parte favorita del día?

Llegar a mi cama, sacarse los calcetines y sentir la sábana heladita y como sentir que no hay nada más que hacer porque el día al fin se acabó. Soy de esa mujeres que prefiere el sueño al deporte, y cuando se trata de liberar el estrés prefiero un masaje descontracturante.

¿Qué libro tienes en tu buró?

El de Colusión, de Guillermo Galindo, mejor conocido como Malaimagen.

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