Venuz White: necesitamos entender que todos somos agua

Entrevista

La carrera de Venuz White abarca más de dos décadas; nació en Bogotá, Colombia, y utiliza su obra como un medio para comunicar e inspirar a su comunidad a tener una mirada más holística en nuestra conexión con el planeta Tierra.

Venuz White, en portada para Revista M. (Kurt Iswarienko)
Sarah Gore Reeves y Jennifer Rosenblum
Ciudad de México /

Venuz White ha participado en diversas exposiciones y proyectos individuales y colectivos en Nueva York, Madrid, París, Medellín, San Francisco, Bogotá y Ciudad de México, y en instituciones de renombre como el Museo de Arte Moderno de Bogotá, el Museo de Arte Moderno de Medellín, el Banco Central Colección de Arte del Banco de la República en Colombia y el Palais des Beaux-Arts de París, con la curaduría de Nicolas Bourriaud.

P: Tu trabajo se compara con la química y la biología. ¿Cómo descubriste este método?

R: Escuché mucho sobre ello, y me gusta decir que esta técnica me descubrió. En una ocasión tenía una pipeta de color y accidentalmente cayó una gota, comenzó a expandirse y luego a contraerse. Pensé: “wow, ¿Cómo hice eso?, ¿Cómo ocurrió?”. Luego comencé el proceso de trabajar hacia atrás para entender cómo se mezclaron los colores y los pigmentos. Fue una especie de encuentro.

P: ¿Cómo influye la cultura colombiana en tu arte?

R: La naturaleza inspira mi arte. Desde hace unos años vivo en la montaña en medio de la naturaleza, cerca de Bogotá; he vivido en varias ciudades del mundo por temporadas, Colombia tiene un paisaje asombroso. Es como una vibración que se puede respirar, porque tenemos todas las escalas posibles de un paisaje: alta montaña, selvas, desiertos, mar, nieve, islas. Todo en un lugar que te pertenece y tú perteneces a él. No diría que la identidad y la cultura colombianas te moldean, diría que su naturaleza te moldea de manera diferente.

P: ¿Esperas conmover a la gente con lo que creas?

R: Sí. El arte es otra herramienta de comunicación y expresión, no directamente para tu mente racional; te hace sentir. Cuando hablamos de la naturaleza en mi trabajo, no es abiertamente explícita, implica una gran parte de nuestra naturaleza interior como ser humano, nuestra historia, imaginación y viajar dentro de esas naturalezas.

P: ¿Qué causas defiendes?

R: Soy una amplificadora del conocimiento del agua en este momento. Necesitamos entender que somos agua, y el agua está viva. Es un ser espiritual, un ser vivo dentro y fuera de nosotros; nuestro origen y nuestro destino.

Hay que comprender la conexión entre el agua exterior en la naturaleza y la interior, reflejada en las emociones y la forma en que creamos. Es importante resaltar el poder de tu voz, tu intención y cómo tu voz se manifiesta; y, al mismo tiempo, inspirar personas. El arte está asumiendo el papel de liderazgo desde un lado más colectivo e inclusivo.

P: ¿Qué piensas del impacto humano negativo que resulta en una crisis de agua potable?

R: Soy una intérprete del conocimiento que existe. El agua es más que abrir el grifo, es un ser vivo. Tenemos que considerar el agua contaminada y aquellos que no tienen acceso a un suministro limpio. Es una necesidad básica.

Debemos preguntarnos, como colectivo, ¿Cómo podemos mejorar nuestra relación con esta? Entender cómo es nuestra relación personal con ella. El agua es de todos. Es muy peligroso cómo las corporaciones y las estructuras económicas privadas poseen un recurso vital. Es un gran error si nosotros, como sociedad, como seres humanos, les permitimos tener ese poder.

P: ¿Cómo cambiar la relación con el agua y la Tierra?

R: Escuchando la sabiduría de los sabedores, aquellos que son los guardianes de la Tierra. Mi trabajo no es directamente de ellos. Escuchar a estas personas ofrece una hermosa oportunidad para aprender. Son, en cierto modo, los poetas de la naturaleza. Puedes leer poesía, pero debes entenderla muy bien, necesitamos aprender de ellos cómo entender la Tierra.

dmr

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