El museo neoyorquino Whitney rendirá homenaje en 2020 a la enorme influencia de los murales mexicanos en el arte de Estados Unidos con una amplia exposición que reunirá más de 200 obras, algunas de las cuales no han sido vistas en el país en décadas.
La institución cultural pretende subrayar de esta manera cómo el renacimiento cultural mexicano que surgió tras la revolución de 1920 cambió la dirección del arte en Estados Unidos, que rotó hacia obras con un mayor significado político y de acceso a todo el público, en lugar de sólo a unos pocos privilegiados.
Entre los tres artistas mexicanos más importantes, el Whitney destaca a José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, cuyas obras serán expuestas de febrero a mayo de 2020 junto con las de 60 artistas más tanto de México como de EE.UU. para dar visibilidad a los elementos que inspiraron a los estadunidenses.
"Especialmente en la época de la depresión económica (1929 en adelante) las estadounidenses empezaron a ver el arte como una obligación para afrontar los males de la sociedad, y eso fue influencia de los mexicanos", explicó la comisaria de la muestra, Barbara Haskell.
"Hasta entonces, el mural en Estados Unidos arrastraba una tradición muy, muy antigua, con personajes vestidos con trajes griegos y demás", agrega.
Titulada Vida Americana: Mexican Muralists Remake American Art, 1925-1945, la exhibición ocupará el extenso quinto piso del Whitney, algo que se hace en contadas ocasiones, y está dividida en siete secciones, cada una de ellas centrada en un aspecto de influencia de los mexicanos.
Por ejemplo, explica la experta del Whitney, algo que muy pocos conocen es que un artista de la talla de Jackson Pollock se inspiró durante años en la obra de Orozco.
"Pollock hizo un viaje especial con su hermano en 1930 para ver el mural que Orozco había pintado en la universidad de Pomona (California), calificado como la mejor pintura en Occidente. Hizo fotos que tuvo en su estudio durante toda esa década", contó Haskell.
"Si pones (cuadros de) los dos juntos se puede ver claramente la influencia estilística y la idea del trauma de vida que pudo comunicar Orozco y que absorbió Pollock", añadió.
La detallada exposición es resultado de más de 4 años de trabajo de investigación, que llega al público en un momento en el que la administración estadunidense ha atacado a los inmigrantes mexicanos insistentemente.
"Hace 15 años hubiera cambiado el entendimiento de la historia del arte (...), pero ahora es mucho más importante porque muestra la creatividad y la vitalidad que se produce con el intercambio libre entre dos países", opinó la curadora.
Junto con las obras de Orozco, Siqueiros y Rivera, el Whitney expondrá piezas de Pollock, Isamu Noguchi, Philip Guston, Frida Kahlo o Rufino Tamayo, además de piezas de artistas menos conocidos de ambas nacionalidades.
Algunas de las obras más destacadas son dos de los bocetos que llevó a cabo Rivera en 1932 para el famoso mural que pintó en el Rockefeller Center de Nueva York, que fue destruido por quienes ordenaron la obra por incluir elementos comunistas.
También, obras que nunca han sido vistas en Estados Unidos, o rara vez han sido expuestas en el país, como Cristo destruye su cruz o Pancho Villa de Orozco, o Intertropical y Resurrección de Siqueiros.
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