Diariamente el señor Roberto Sánchez acude al atrio del Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción, en Tlaxcala. Ahora se muestra ufano como tlaxcalteca y como mexicano, una vez que fue noticia mundial que el Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), lo declaró Patrimonio Mundial.
Mientras empuja su carrito de helados, dice que es un orgullo que ese tipo de edificaciones sean reconocidas en el mundo: “porque el convento está muy bello, muy bien conservado y limpio para que la gente venga a conocerlo, porque aquí en Tlaxcala hace falta mucho turismo, ahora con esta noticia creo que será un plus para que vengan a visitarnos”.
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Justo en Tlaxcala se erigió el primer convento franciscano del continente americano, de 1.90 hectáreas, el cual sirvió de ejercicio arquitectónico para construir todos los conjuntos conventuales del siglo XVI que se conocen en la actualidad.
El Convento y la Catedral de la Señora de la Asunción fueron edificados con sus arcadas, una capilla abierta, una torre exenta que tenía la función de campanario, el hospital de La Encarnación y dos atrios, uno de ellos, de gran relevancia, pues hasta la fecha es el paso obligado al centro de la ciudad Tlaxcala.
“Estos elementos fueron precisamente muy importante para que dicho monumento fuera declarado esta semana Patrimonio de la Humanidad. Tenemos también el atrio bajo que tenía la función primaria de la liturgia católica, ahora es una plaza de toros”, dice el historiador y arquitecto Gelvin Xochitemo Cervantes, perito del Instituto Nacional de Antropología, mientras muestra la fachada de este conjunto conventual.
Al ingresar a la Catedral, es notorio que tanto los feligreses como los turistas tienen la oportunidad de admirar su techo original, elaborado como una cubierta de madera con teja y estilo mudéjar, decorado de tal forma para que dé la ilusión de un cielo estrellado.
Es un espacio vivo donde se puede observar a mucha gente disfrutando del entorno a lo largo del día, incluso con frecuencia es utilizado como escenario para tomarse las fotografías de la graduación escolar.
El conjunto conventual no tiene ningún sentido militar, ya que tiene bardas bajas. El templo es alto, pero no llega a ser tanto como otros del país, así que su torre no tenía un sentido de vigilancia protección o defensa. La explicación está en que Tlaxcala fue una ciudad que nació de una alianza con los españoles.
En la capilla tercera del templo franciscano se encuentra una pila bautismal, donde se celebraron los primeros bautizos, relata el también perito que intervino en la integración del expediente para que este inmueble ingresara a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Un lugar al que sólo unos cuantos tienen el privilegio de ingresar es el paso de ronda, un puente elevado y cerrado que va del hospital a la torre exenta. Por ese estrecho sendero caminaban algunos de los franciscanos para ir a tocar la campana y llamar a misa a la nueva feligresía del siglo XVI en el territorio tlaxcalteca.
En la Catedral se trabaja en estos momentos en la instalación de un sistema eléctrico y de iluminación seguro para evitar cualquier percance como el registrado en la Catedral de Notre Dame en París.
PCL