Una gran lección le dio al Festival Internacional Cervantino, la compañía 2b Theatre con su obra “Wenceslao ir ruinas” (Cuando llueve), que demostró en el escenario que con imaginación y recursos tecnológicos, se pueden programar espectáculos de calidad.
Todo un derroche de ingenio resultó la obra de teatro, escrita y dirigida por Anthony Black y reducida al español por el actor y dramaturgo argentino, Rafael Spregelburd.
El montaje que maravilló al auditorio, recurrió al apoyo y manejo de la iluminación, para diseñar ocurrentes escenografías.
Los integrantes de 2b Theatre, precisaron que esta propuesta es “una novela gráfica o historieta gráfica”, que se proyecta sobre a pared, logrando una obra prodigiosa en términos visuales.
Aborda la vida con humor, la desgracia y la fortuna de dos parejas, con destinos que se van entrelazando.
Aunque es difícil contar el argumento, el ensamble es muy divertido, recurren a pocos objetos reales, con lo que crean de la nada, de las sombra logradas con el proyector.
Con la recreación de espacios y sin utilizar una arsenal de utilería, se desarrolla la trama en diversos espacios: en un bar, en medio de la lluvia, en un parque, en la sala de la casa con un enorme aparato de televisión y hasta en un hospital.
El Teatro Juárez, que se quedó con butacas vacías durante la segunda función del Cervantino, fue el escenario perfecto para que el público disfrutara de una propuesta innovadora basada en el juego de luces y sombras.
Aparentemente en esta comedia de relaciones se plantea la vida cotidiana de dos parejas, con los temas del azar y de las estadísticas de cosas que son casi imposibles o poco probable que sucedan, como que a una persona le caiga un rayo.
cjr