En Puebla la amplia oferta gastronómica es un referente a nivel nacional e internacional en diversas temporadas del año, sin embargo, propios y extraños han hecho de las chapulas un platillo popular y de culto para los amantes de la comida típica mexicana.
Con salsas verde y roja que bañan una tortilla sofrita en manteca que se acompañan con hebras de carne de puerco o res y cebolla, las chalupas son una comida que ha trascendido a través de los años y superando inclusive las pausas de su venta por conflictos armamentistas en México, con lo cual, por varias generaciones han regalado un momento de alegría a los paladares de México y diferentes partes del mundo.
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Un ejemplo de esta historia culinaria, es el restaurante de "La Chiquita" ubicado en el Parque de San Francisco, lugar donde desde 1896 la familia Losano inició con la venta de la comida de colores patrios a las orillas del río que cruzaba por esta zona, donde convergían las diferentes clases sociales para lavar y realizar actividades de esparcimiento social, a la par que disfrutaban de la comida tradicional de la región.
Actualmente a 125 años de historia, Cristian Pérez Losano, encargado del lugar y en compañía de su equipo de trabajo, mantienen vivos los sabores e ingredientes originales que les caracterizan. Un trabajo arduo y constante que comienza con la realización artesanal de las tortillas, hechas a mano y con ayuda de una prensa de piedra, la cual da el tamaño, consistencia y sabor preciso a la base del exquisito platillo.
En la larga trayectoria de este restaurante que oferta una gran variedad de platillos mexicanos, la venta de las chalupas solamente se ha visto afectada por enfrentamientos armamentistas, tales como "La Guerra Cristera" y La Revolución Mexicana, momentos donde la situación social no permitió la comercialización de este producto.
Cabe destacar que en los últimos años, ni siquiera la pandemia por la covid-19 ha podido contra el antojito poblano, puesto que propios y extraños no dejaron de pedirlo en sus esporádicas visitas a inicios de la contingencia sanitaria y siempre fueron un referente en los pedidos a domicilio, puesto que es bien sabido por la ciudadanía que el sabor de las chalupas en el restaurante "La Chiquita" no es igual a cualquiera.
Si bien, el tamaño de este alimento es ligeramente más pequeño que el de los negocios callejeros que se pueden hallar a lo largo y ancho de Puebla, es bien sabido que el sabor no es comparable, puesto que el baño de manteca brisada sobre un comal donde previamente se han frito las tortillas, le da un toque sublime a la comida que cautiva a los paladares más exigentes que visitan este comercio.
El establecimiento que ya ha superado un siglo de historia, hoy por hoy se dice comprometido con sus comensales, con Puebla y con la gastronomía mexicana, pues al ser un referente de gran importancia en el estado de el antojito por excelencia de los poblanos, saben que es una gran responsabilidad mantener de manera exacta sus sabores y su tradición.
AFM