Las lecturas de Ernesto Che Guevara, cifradas en 30 kilos de libros, que enterrara en el Congo antes de abandonar ese lugar navegando por el lago Tanganica, luego de permanecer siete meses dispuesto a hacer la revolución, propósito en el que por cierto fracasó, son recreadas en una instalación en la muestra El Che una odisea africana, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, que podrá ser visitada a partir del próximo jueves.
Es impactante ver los libros que leyó emergiendo de una montaña de tierra, enlistados en una copia facsimilar de una libreta, escrita de puño y letra del propio guerrillero, donde iba enumerando cada uno de los ejemplares que pasaban por sus manos.
Los siete meses que Ernesto Che Guevara permaneció como combatiente en el Congo, en 1965, son los 7 meses menos conocidos de su vida, pese a que durante este tiempo escribió Pasajes de la guerra Revolucionaria Congo, texto que inicia: “Esta es la historia de un fracaso”. Pues bien, esta obra sirve como base para la exposición El Che, una odisea africana, que ha elegido sus palabras para recordar a esta figura reconocida como estandarte de los movimientos sociales, en el marco del 50 aniversario de su asesinato en Bolivia, perpetrado por el ejército de ese país y la Agencia de Inteligencia, la CIA.
La cátedra Nelson Mandela derechos humanos en cine y literatura, de la UNAM, pone al alcance de los visitantes el periodo menos estudiado del Che para aportar elementos que permitan conocer este momento de su vida con base en su propia narración: “qué mejor que sea su propia pluma la que desnude su personalidad, sus miedos y sus pensamientos políticos, ideológicos y humanistas”, explicó el curador de la exhibición, Ignacio Vázquez Paravano.
La historia de su experiencia guerrillera en el Congo, lugar de donde se extrajo el uranio de la bomba atómica de Hiroshima, es fascinante. El Che sale de incógnito de Cuba, con un pasaporte falso y totalmente transformado con lentes, sombrero, prótesis y la barba afeitada. “Yo soy en adelante Tatu (el número 3), en el pasaporte me llaman Ramón, y en Cuba me decían Che”.
El Antiguo Colegio de San Ildefonso está en Justo Sierra 16, en el Centro Histórico.