Recuerdo la rabia que solía sentir hace 20 años cuando, para referirse a la descomposición social y la pérdida de gobernabilidad de México frente al crimen organizado, se utilizaba el adjetivo de “colombianización” del país, con lo cual pretendían describir el fenómeno. Eso significaba la pérdida de territorialidad a manos de narcos, guerrilla y paramilitares. Estos últimos financiados por la cúpula en el poder, una mafia criolla, una oligarquía voraz que ansiaba depredar las vastas zonas en control de una guerrilla que jamás fue vencida y que protegía las riquezas naturales que hoy (con la dejación de las armas de las FARC y el proceso de paz) depredan a una velocidad inverosímil.
En el sector cultural colombiano se han dado muchísimas batallas desde la sociedad civil organizada y ha habido avances importantísimos. Hablaré de las artes escénicas únicamente. Cuentan con un programa de Salas Concertadas que inspiró el México en Escena que creará el ex FONCA, con una Ley del Teatro que lamentablemente no opera por falta de reglas de operación y una Ley del Espectáculo Público que ha permitido que los grupos independientes logren sobrevivir con espacios propios y dignos al permitir desde la compra del terreno o inmueble hasta su equipamiento total y programación. En Colombia no se cerraron teatros durante la pandemia; en nuestro país y muchos otros, un montón.
El Congreso de Colombia, vía las gestiones de la flamante Ministra de Cultura, la activista por la paz y teatrista Patricia Ariza, aprobó para 2023 un aumento del presupuesto para el sector de 125 por ciento, más elevado que cualquier asignación de gobiernos anteriores. Récord histórico que equivaler al 65 o 70 por ciento del presupuesto que el gobierno actual dedica a cultura. La diferencia es que nuestro país tiene más de 130 millones de habitantes y Colombia 50 millones. Es decir, el próximo año nuestro amigo del sur destinará mucho más dinero per cápita para que sus ciudadanos accedan a su derecho a la cultura que el mexicano. Bienvenido el cambio de la verdadera izquierda para los colombianos.
Traspunte
Aliados y engranaje de la cultura
Cabe decir que para el gobierno de izquierda de Gustavo Petro, los artistas no sólo no son fifís sino son aliados y engranaje de la transformación del país. En ellos está depositada la tarea de una cultura de paz y la salvaguarda de la democracia. ¡Qué ganas de colombianizarnos! En la foto, Patricia Ariza con el cartel “Para la Guerra nada”