Cuca Roseta, la cantante y compositora portuguesa que decidió rendirle tributo al fado, al canto tradicional de su país en vez de seguir el camino de la música comercial, se presentará por primera vez en México.
La estrella del género musical portugués, inscrito en 2011 por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, tendrá una única presentación, acompañada del guitarrista Sandro Costa, este 10 de noviembre en el Teatro de la Ciudad, dentro del Festival de Fado 2023.
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En entrevista con MILENIO, Cuca Roseta reconoció que está muy feliz de actuar en México, y que su referencia en el canto, además de los mariachis, son Chavela Vargas y Lila Downs, con quien, por cierto, colaboró en la película Fados, de Carlos Saura.
“Me encanta la cultura mexicana, que es de las más ricas del mundo, es muy especial, y estoy feliz de poder llevar la tradición portuguesa a México, estoy muy ansiosa y feliz por recibir la invitación de los organizadores del Festival de Fado, con quienes ya he hecho muchos conciertos en el mundo”.
Nueva generación
La famosa intérprete, nacida en 1981 y cuyo debut fue impulsado por el productor argentino Gustavo Santaolalla, llega a México como parte del tour que realiza en América Latina, para ofrecer su tributo.
Ya se ha presentado en los más importantes escenarios de más de 30 países con un canto que evoca la tradición, cuando el reguetón suena por todo el mundo. Portugal no es la excepción, ya que también se escucha mucho.
“Los jóvenes escuchan esa música que es más comercial, pero es muy interesante que el fado siga y se mantenga siempre vivo, porque la actual generación de fadistas tiene una presencia, con letras y música que mantienen las raíces, pero con un aire más moderno”.
Comenta que la reacción del público lo dice todo, ya que cuando canta fado para personas que hablan otros idiomas, su respuesta es grandiosa a pesar de no entender el portugués.
“El fado es aplaudido en todo el mundo. Cuando he cantado en China, por ejemplo, en 20 minutos estaban todos de pie, llorando sin entender nada, porque el sentimiento siempre se comparte con el corazón”.
Dice que su interés y amor por el fado empezó cuando era una niña y que quien la escuchaba cantar le decía que tenía una buena voz y un bello rostro, por lo que podía dedicarse a interpretar otro género más comercial.
Pasión por el género
“Empecé a cantar en los bares como hobby, pero no me gustaba hacerlo, aunque era mi trabajo porque estaba estudiando psicología”.
Pero con el fado es diferente, asegura, porque es una música mucho más profunda, alejada de lo superficial.
“El fado vive de la declamación de la poesía, la cual es experiencia de vida, por eso las letras siempre dicen algo. Tiene un lado para mí un poquito espiritual, pues no es una música únicamente de performance, tiene algo más devocional, casi como la vibración de los sonidos y la energía. Es como una medicina, como una cura para el alma por las emociones que expresa”.
Todo ello le apasiona, por eso es la única música que realmente disfruta cantar. El género nació a mediados del siglo XIX como un relato de las historias de nostalgia, de dolor y de tristeza, por esa razón, ella ha grabado siete discos y para 2024 lanzará otros tres.
“Soy muy apasionada, desde niña, de las tradiciones de Portugal. Creo que nací para cantar fado a pesar de que no nací en un barrio típico portugués sino cerca de la playa. Mis padres sólo escuchaban música clásica y ópera, en cambio yo siempre quería cantar y bailar las danzas típicas. Mi madre me decía que en Estoril, donde vivíamos, no había escuela de tradición, por lo que era extraño que yo gozara tanto de ella”.
Con más de una década de trayectoria profesional, explica que el fado es destino, de acuerdo con la traducción de la palabra, y para ella lo ha sido, lo canta con orgullo y con todo el corazón.
El Festival de Fado es un encuentro internacional que en este 2023 llega a su edición número 13, y en todo ese tiempo se ha desarrollado en 17 ciudades de Europa, África, Asia y América Latina.
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BSMM