Una edición de “aventura y de experimento” es como define Aurora Cano a DramaZoom, versión digital del festival de teatro contemporáneo DramaFest, surgida a partir de la pandemia. Ante la adversa situación “tienes dos maneras de verla: como algo malo, o tratar de beneficiarte de lo que te ofrece para hacer algo diferente”, dice la productora, quien comparte créditos en el proyecto con el también productor Nicolás Alvarado.
En tiempo real, del 23 de noviembre al 13 de diciembre se podrá disfrutar de una amplia programación de artes escénicas, entre las que destacan sesiones de work in progress, conversatorios y dos obras en Zoom. En esta edición, donde el país invitado es Rusia, Kanishevsky, el payaso e Intraducible son las piezas teatrales pensadas y creadas en formato Zoom.
Cano asegura que no quería que “el teatro entrara a fuerza a la pantalla o convertir el hecho teatral en algo mediático, simplemente tomando las obras, filmándolas y reproduciéndolas. Nos parecía un poco extraño ese camino, así que lo que decidimos fue diseñar una serie de contenidos que muestran al público lo que hay detrás del hecho escénico.
“Las obras de Zoom son de dos actores cada una: corre la obra y después se abre la sesión de preguntas y respuestas, tanto para los participantes de las escuelas de teatro como para el público en línea; así que habrá momentos durante las transmisiones en que se verá a autores, directores y actores dialogando o presenciando cómo ensayan, porque normalmente vemos el resultado de una obra pero no oímos la voz del autor”.
Pausa de incertidumbre
Por un momento se dudó en realizar lo que por dos años se planeó, ya que no se quería sacrificar montajes obligándolos a meterlos en un formato que no habían manejado, puntualiza Cano, “sino generar contenidos adicionales virtuales que nosotros llamamos DramaZoom, que son los que veremos este año y, el año que entra, entonces sí estrenaremos las obras. Dividimos la edición en 2020 y 2021 con Rusia como país invitado”.
Las actividades se realizarán en Streaming Live desde el Centro Cultural del Bosque, donde se creó un foro “donde estarán autores, directores y demás, y vamos a conectar con los rusos desde aquí, a partir de hoy”.
¿Cómo tratar de mantener la esencia y la cercanía que caracteriza el teatro con un formato virtual?, se le cuestionó a la productora. “En todas las sesiones van a participar alumnos de las escuelas de teatro de Ciudad de México; entonces eso es, de alguna manera, establecer contacto con los chavos que están estudiando. Lo que quisimos es invitarlos para que trabajaran con nosotros en estas actividades y estarán preguntando activamente. En todas las sesiones habrá participaciones. Si bien no hay un público de forma tradicional, sí hay cierta compañía, cierta cercanía que rompe con esta frialdad del mundo en línea”, respondió.
La necesidad de compartir historias
“La pandemia trajo una reformulación sobre cuál es el significado de lo que hacemos, lo cual nos hizo repensar lo que es nuestra profesión, y también mucha angustia y desempleo. Es un proceso de análisis y reinvención para poder ofrecer contenidos atractivos para la gente y poder seguir compartiendo historias”, afirma Aurora Cano