El Edificio Ermita mantiene autenticidad tras cinco años de restauración

El inmueble, símbolo de la modernidad mexicana que conjuga sabiamente lo valores del Art Déco de los años 30 del siglo pasado regresa a su propósito original.

Exterior e interior del Edificio Ermita. (Foto: Especial)
Ciudad de México /

Algunos personajes de la historia de México vivieron o pasaron por el emblemático Edificio Ermita, como el poeta español Rafael Alberti, uno de los escritores más importantes de la generación del 27; la cantante española Ana Torroja; integrantes del grupo musical La maldita vecindad y los hijos del quinto patio; hasta individuos como Ramón Mercader, el asesino de León Trosky, y el director de cine Alfonso Cuarón, quien hizo su primer documental sobre las personas que vivían en este lugar.

Tantas historias qué contar en este edificio, que dado el visible deterioro a consecuencia del paso del tiempo, fue sometido durante cinco años a trabajos de restauración e intervención integral.

El inmueble, ubicado en el Triángulo de Tacubaya, entre las avenidas Jalisco y Revolución, es reconocido por todos porque por años exhibió un anuncio espectacular de las zapaterías Canadá y de una reconocida marca refresquera. Fue diseñado y construido entre 1927 y 1933, por el arquitecto Juan Segura Gutiérrez (1898-1989), uniendo y modificando radicalmente varios conceptos urbanísticos.

El arquitecto Segura, egresado de la Academia de San Carlos en 1923, realizó este inmueble en Tacubaya por encargo de la Fundación Mier y Pesado, siendo el primer desarrollo de vivienda vertical en México, lo que abrió las puertas al tipo de desarrollo al estilo Art Decó en Ciudad de México.

Los 86 departamentos amueblados de diversas dimensiones, así como sus 29 locales comerciales siempre tuvieron el objetivo de ser rentados para obtener recursos para la fundación. Carlos Real, socio fundador y director general de Origen, dedicada al rescate de edificios patrimoniales, estuvo al frente de la restauración del Edificio Ermita.

Destacó en conferencia de prensa que el propósito inicial sigue vigente, pues ya restauradas las viviendas y los locales comerciales se rentarán para obtener recursos destinados a obras altruistas de la Fundación Mier y Pesado.

La restauración

"Después de cinco años de arduo trabajo, se readecuó con la intervención de las mejores especialistas en restauración, arquitectura y remodelación, bajo la estricta supervisión del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, la Alcaldía Miguel Hidalgo, entre otras dependencias", explicó Carlos Real.

Aunque todavía faltan algunos espacios por restaurar como el Cine Hipódromo, que se concibió en los años 30 con 2 mil 500 butacas, y que se convertirá en un espacio cultural.

Íñigo Lorenzo, socio fundador y director de Finanzas de Origen, habló de la restauración del inmueble, una de las 10 edificaciones más importantes del Art Déco mexicano, construido en uno de los terrenos de la familia Mier y Pesado.

El maestro Enrique de Anda, autoridad en la salvaguarda del patrimonio arquitectónico de Ciudad de México y mayor estudioso de la obra del arquitecto Juan Segura, fue invitado como asesor del proyecto de restauración.

"No hay un antecedente de este tamaño, lo que se hizo con el Edificio Ermita fue un programa de reactivación, de actualización de elementos técnicos de las instalaciones, sobre todo, de adecuaciones de algunos espacios para devolverles una funcionalidad que permitiera el desarrollo de actividades —explicó el especialista—. Se restauró la fachada de manera excepcional y en los interiores lo que se hizo fueron adecuaciones, con lo que no se modificó la originalidad ni la autenticidad".

Precisó que "no fue un proyecto arquitectónico nuevo, no hubo modificaciones, pues se respetaron los planos originales, se quitaron los cambios que se hicieron en estos 90 años de historia; la idea es rescatar el patrimonio que nos dejó Juan Segura", terminó.

Vitrales de un homónimo

Había una confusión con los vitrales del edificio, pues llevaban el nombre de Diego Rivera, sin embargo, ya se aclaró que los vitrales restaurados no son de la autoría del muralista, sino del herrero que hizo las coladeras que llevaba el mismo nombre.

PCL

  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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