El drama de Edgar Allan Poe

Reseña

Con el título de El péndulo de la muerte, la historia de El pozo y el péndulo fue llevada al cine por Roger Corman y protagonizada por Vincent Price

Cortázar recorre la vida de Edgar Allan Poe, azarosa, desesperada, con breves intervalos de bienestar
Andrea Serdio
Ciudad de México /

La belleza de las narraciones de Edgar Allan Poe es alucinante. Genio perseguido por los demonios del alcohol, en palabras de Jorge Luis Borges, nos legó “espléndidas y atroces maravillas”, muchas de ellas llevadas al cine.

Alianza Editorial publicó en 2015 una nueva reimpresión, en dos volúmenes, de los cuentos completos de Poe, con los legendarios prólogo, traducción y notas de Julio Cortázar, quien consigna la temprana orfandad del futuro escritor, nacido en Boston el 19 de enero de 1809, en un hogar de actores maldecido por la enfermedad y la pobreza.

Cortázar recorre la vida de Edgar Allan Poe, azarosa, desesperada, con breves intervalos de bienestar. A los 18 años publica su primer libro: Tamerlán y otros poemas, que es un completo fracaso. Toda su experiencia, sus lecturas, su imaginación sin límites, dejan entonces de concentrarse únicamente en la poesía para orientarse también a un género “más vendible”: el cuento, en el que logrará obras maestras como “La caída de la casa de Usher”.

Allan Poe tuvo varios empleos, algunos bastante prometedores, todos los perdió por su alcoholismo, que no le impidió seguir escribiendo: poemas, cuentos, ensayos y críticas demoledoras contra los malos escritores y poetas. Su obra da fe de sus tormentos y obsesiones como sucede en “Ligeia”, su cuento preferido, en el que están presentes el opio, el amor imposible, “la transmigración de identidades”, la incurable locura del narrador.

“La esfinge”, “Manuscrito hallado en una botella”, “El tonel de amontillado”, “Eleonora”, “Eureka”, son algunos de los cuentos de Edgar Allan Poe. En conjunto —dice Cortázar—, pueden agruparse en ocho categorías: de terror, de lo sobrenatural, de lo metafísico, analíticos, de anticipación y retrospección, de paisaje, de lo grotesco y satíricos. Entre los más terroríficos se encuentra “El gato negro”, que ha tenido varias versiones cinematográficas.

Otra de las obras maestra de Poe es “El pozo y el péndulo”, en donde el protagonista cuenta su historia mientras languidece en la oscura celda a la que lo ha condenado la Inquisición española, paradigma de la brutalidad humana. Con el título de El péndulo de la muerte, la historia fue llevada al cine por Roger Corman y protagonizada por Vincent Price.

Para desmentir a quienes lo acusaban de dedicarse solamente a lo mórbido, Poe escribió una serie de “cuentos analíticos”, entre ellos “Los crímenes de la calle Morgue”, en donde aparece el chevalier Auguste Dupin, que volverá a entrar en escena en “El misterio de Marie Rogêt” y “La carta robada”. Este personaje —según Cortázar— es el alter ego de Poe, expresión de su intenso egotismo, de su sed de infalibilidad y superioridad.

Poe, quien murió a las 3 de la mañana del 7 de octubre de 1849, nunca abandonó la poesía; durante muchos años trabajó en El cuervo, que corrigió infatigablemente antes de decidirse a publicarlo. Es un poema misterioso, dramático, en el que un hombre llora la pérdida de su amada mientras un cuervo repite a cada momento: “Nunca más”.


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