Fernando del Paso no fue un escritor mexicano más. Fue también el poeta que había estudiado economía, el pintor con pasión por los protagonistas del pasado y el diplomático adorador de la cocina.
En 2015, tras recibir el Premio Cervantes, reveló cuál fue el motor que echaba a andar cuando sentía “pereza de escribir”.
El paquete que el mexicano entregó al Instituto Cervantes incluía un ejemplar de la primera edición de José Trigo, otro de la primera edición mexicana de su segunda novela, Palinuro de México, un disco de Voz viva de México, en el que aparecen grabaciones de su voz con algunos fragmentos de sus novelas y una antología de sonetos. Pero había un objeto especial: una camisa.
ASÍ LO CONTÓ EL ESCRITOR
“Hace mucho tiempo el joven poeta tabasqueño, José Carlos Becerra, obtuvo una beca Guggenheim y con ella se fue a Londres con el propósito de comprar un automóvil y recorrer Europa. Una madrugada, camino a Brindisi, en Italia, no se sabe qué sucedió: tal vez se quedó dormido al volante, el caso es que se desbarrancó y se mató. Yo llegué también con mi beca Guggenheim a Londres pocos meses después y me alojé en la casa del mismo amigo mutuo, Alberto Díaz Lastra, en donde él se había alojado. Allí, José Carlos olvidó una camisa que yo heredé. Desde entonces, cada vez que yo sentía pereza de escribir, desánimo o escepticismo, me ponía la camisa y comenzaba a trabajar.
“Consideré que yo tenía un deber hacia aquellos artistas cuya muerte prematura les impidió decir lo que tenían que decir. Por eso esa camisa tiene tanta importancia en mi vida. Depositarla en la Caja de las Letras no significa que no vuelva yo a escribir: la magnificencia e importancia del Premio de Literatura Española Cervantes, me obliga moralmente a hacerlo y así lo haré: me pondré la camisa, así sea metafóricamente, una y otra vez hasta que se acabe (no la camisa sino mi vida)”.
Y ADEMÁS
EL NOVELISTA QUE ESCRIBÍA TEATRO
Dueño de una voluntad y una opinión sin ambages, además de su dominio del lenguaje, a Fernando del Paso le fascinaba el teatro; pero sus obras, aunque fundamentales para la escena nacional, casi siempre enfrentaban problemas para montarse. Además, prefería encerrarse a escribir, pues el montaje le parecía una aventura de similares dimensiones a construir una casa. Sus obras son: La loca de Miramar, La muerte se va a Granada y Palinuro en la escalera, que actualmente se representa en el Foro del Centro Universitario de Teatro, en la CdMx.
El extraño caso de la camisa que se volvía musa
Fernando del Paso
En 2015, tras recibir el Premio Cervantes en España, el también dibujante, locutor, guionista y productor de radioreveló cuál era el motor que echaba a andar cuando lo invadía la “pereza de escribir”.
Ciudad de México /
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