En nuestra época casi todo se discute en términos económicos, lo cual es comprensible, ya que corresponde a la realidad social que vivimos. Casi todo tiene un costo y de todo se espera un beneficio; lo que no reporta alguna ganancia simplemente está fuera del mercado. Por esta razón muchas actividades humanas están siendo prácticamente borradas del panorama cultural mundial. Queda muy poco lugar para la caridad y para la ayuda desinteresada, menos lugar aún para la poesía o para la conservación de la arquitectura antigua. Es sorprendente pero muy alentador que el año pasado se restauró la casa más antigua de Ciudad de México, que data aproximadamente del año 1570. Pero todos estamos de acuerdo en que las anteriores son necesidades humanas. ¿Cómo se puede conseguir un lugar en la sociedad para incluir los satisfactores que no se relacionan con el dinero?
Lo primero es que la propia sociedad reconozca la naturaleza altruista de las organizaciones religiosas, de los gremios artísticos de la sociedad civil y de las iniciativas ecológicas. En segundo lugar, las personas deben respetar la naturaleza benéfica de dichas organizaciones y evitar utilizarlas como cortinas para esconder actividades lucrativas. En nuestro país casi cualquier actividad no lucrativa es examinada a conciencia por las autoridades y existen interminables requisitos burocráticos para conseguir las exenciones fiscales y derechos civiles de dichas organizaciones.
Por otro lado está la parte positiva de la insistencia de tantas personas cuya generosidad parece insólita dentro de nuestro mundo actual, de verdad existen grandes cantidades de personas, que ayudan a los enfermos y discapacitados sin exigir nada a cambio. También es muy extensa la comunidad artística que no cesa en su esfuerzo para la búsqueda de la belleza y de los valores estéticos. Es importante mencionar también a todos los clérigos y personas que se dedican a la oración, a la meditación y al fortalecimiento de la espiritualidad. Todos ellos están al margen del mercado, lo cual no parece preocuparles demasiado, pues saben cuál es su papel específico dentro de la historia y dentro de la sociedad.
TANGENTE
INTANGIBLES
La sociedad neocapitalista se rige por la oferta y la demanda de bienes y servicios. Pero hay muchos beneficios intangibles que están fuera del mercado, ¿Qué valor tiene la protección a la naturaleza? ¿Cómo se le pone precio a la ayuda y asistencia gratuita?