El niño que se comió la servilleta de su sándwich

En el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque sus chamacos y usted mismo pueden disfrutar muchísimo una puesta en escena entrañable y divertidísima: El niño que se comió la servilleta de su sándwich

En el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque sus chamacos y usted mismo pueden disfrutar muchísimo una puesta en escena entrañable y divert
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

En el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque sus chamacos y usted mismo pueden disfrutar muchísimo una puesta en escena entrañable y divertidísima: El niño que se comió la servilleta de su sándwich, con dramaturgia y dirección de Ricardo Rodríguez, con una producción de Los Bocanegra que a tan buenos espectáculos nos tiene acostumbrados. En esta ocasión se meten a la boca del lobo que no tiene fondo, de la que nadie escapa, que nos acompaña incluso a la vida adulta: la de los miedos infantiles. Inoculados por el mundo adulto o adquiridos al desarrollarse nuestro pensamiento abstracto y por tanto la capacidad de nuestro muy joven cerebro de proyectar futuros, dirían los neurocientíficos.

Descubrimos el conflicto entre los seres humanos, real o imaginario; y peor, descubrimos el principio de incertidumbre que nos puede mantener en vela e inapetentes por un examen para el que no estudiamos, por las promesas de entrada en empatía con una chica o chico que nos gusta o bien por las amenazantes advertencias de un grandulón que se encarga de repartir guamazos en todo el colegio y cuya mitología crece. Y los temores se multiplican con las relaciones de los padres, la conciencia de la mortalidad y, entre muchos otros factores, con la violencia creciente en nuestro país.

La historia de Rodrigo, nuevo en la escuela, de sus alianzas y de los nuevos enemigos como el Temible Doctor No y las tensas relaciones con Flor, amiga de éste, y su fiel Lilí, su única amistad, va creando un discurso en el que es casi imposible que no haya niño (y adulto) que se identifique con esas sensaciones que hacen que el estómago se revuelva aunque lo atribuyamos a la ingesta de la servilleta de nuestro sándwich, “que eso sí hace daño. Laura Baneco, Daniel Ortiz, Joshua Okamoto y Teté Espinoza son el fabuloso elenco que nos lleva por esta travesía de los miedos infantiles. Sus enormes recursos como creadores escénicos se suman a estupendas dirección y dispositivo escénico de Sergio López Vigueras.

Traspunte

Jaime Chabaud Magnus

Hermoso resultado en un drama duro

El texto de El niño que se comió la servilleta de su sándwich trabaja con la técnica de la narraturgia —“obsesión muy mexicana”, según el teórico español José Luis García Barrientos— sin dejar del lado segmentos de drama puro y duro en un hermoso resultado. Sábados y domingos 12:30 horas, Teatro Orientación del INBAL.

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