Alondra de la Parra tenía en su agenda dirigir 23 conciertos durante seis meses, casi cuatro por mes, algunos de ellos en contrato desde hace dos años. Debido a la contingencia sanitaria, en los últimos cuatro meses y para los próximos tres, solo tiene confirmadas un par de presentaciones: la primera la realizó este miércoles y la segunda hoy, a mediodía, tiempo de Ciudad de México.
“Y los aprecio más que nunca —cuenta la directora de orquesta desde Berlín, Alemania—, porque es mi único trabajo en estos momentos, la única manera de conectarme con una orquesta, con la música, haciendo lo que hago. Emotivo por ese lado, difícil porque no es bajo las circunstancias a las que estamos acostumbrados de tener un público y una orquesta, con más personas”.
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La directora tendrá bajo su batuta a la Frankfurt HR Symphony Orchestra, agrupación fundada en 1929 que ha sido considerada, durante décadas, una de las orquestas líderes de Mahler y Bruckner a nivel internacional.
Aun con el reconocimiento ganado a lo largo de los años, para la conductora ha sido un proceso muy difícil, porque, al igual que la mayoría de sus colegas, perdió el 100 por ciento de sus conciertos, lo que no solo se traduce en ingresos, si bien le encuentra un lado positivo: tener todo el tiempo para estudiar, para escuchar música, “cosa irónica porque cuando estamos trabajando y vamos de un concierto a otro, no es fácil tener tiempo”, dice en entrevista con MILENIO.
“También he tocado mucho el piano. Llevaba muchos años desde que me gradué de pianista, en 2008, que no había estado en contacto tan directo con el instrumento y eso ha sido muy placentero, sobre todo el hacerlo sin una meta específica, sino por el gusto de hacer música. Una vez que te conviertes en músico profesional, tocas para lograr un concierto y es muy muy rico volver a esa relación con la música como la tiene un amateur, simplemente por el gusto de tocar.”
Alondra de la Parra se dice afortunada de tener la oportunidad de dar un concierto, simple y llanamente porque “pasamos de tener muchos conciertos a estar agradecida que tengo dos, lo que cambia toda la perspectiva de raíz”.
Dificultades artísticas
Sin embargo, no resulta nada sencillo, ni en lo personal ni en lo artístico. El no sentir la energía del público al salir del escenario, al verles las caras, escuchar el aplauso… “simplemente el sonido de las personas que están en la sala es una ausencia muy fuerte”.
“Al mismo tiempo sabemos que gracias a la tecnología podemos llegar a un número muy grande de personas, en muchos lugares del mundo y, en mi caso, me conmueve llegar a la gente de mi país, a México. Es una realidad que tampoco nos gusta, pero es mejor que nada y es mejor hacerla y sentirla, porque es posible que sea una de las pocas maneras en que podamos seguir dando música en vivo a la gente”.
Ya en la parte más técnica, Alondra de la Parra reconoce que ha sido más difícil de lo normal, al estar cada músico a metro y medio de distancia uno del otro. En Frankfurt se lo tomaron muy en serio, pues al estar así, a los músicos les costó más trabajo escucharse. “Hay una tendencia a esperar el sonido y se iba alentando, con lo que perdíamos el tempo y eso solo viene de la distancia”.
“Es un gran reto mantener el tempo, porque al escucharse con cierto retraso por la distancia, la gente reacciona más tarde. Pero una vez que entendimos dónde estaban los problemas, los pudimos resolver. Lo que nosotros hacemos es en vivo y nunca se va a poder reemplazar la experiencia con algo que uno ve en un aparato, y creo que la gente está especialmente sensible, conmovida y le llega mucho más profundamente la música en estos momentos”.
Presencia remota
La directora de orquesta y embajadora Cultural Oficial de México, estuvo por primera vez al frente de la Frankfurt HR Symphony Orchestra, una de las primeras agrupaciones sinfónicas de radio en Alemania, en dos presentaciones especiales que se pudieron apreciar en México a través del perfil de Facebook de la Secretaría de Cultura y de las cuentas de YouTube y Facebook en /hrsinfonieorcheste. Una se realizó el miércoles y la otra se transmitirá hoy, a partir de las 12 horas, con obras de Mozart, Concierto para clarinete, y Aaron Copland, Appalachian Spring-Suite para 13 instrumentos. El solista será el clarinetista Jochen Tschabrun.