La obra La matriz tiene ese título porque parte de la idea “matriz perceptual” del científico mexicano Jacobo Grinberg, y es la fuente de inspiración de la directora y coreógrafa Erika Méndez, quien comenta:
“Todo lo que vemos es una proyección, estamos todos vinculados a ella porque tenemos las mismas redes neuronales, que nos hacen ver el color negro de esa intensidad, incluso hasta la forma de percibir cómo es el ser humano”.
Esto se escucha complicado, reconoce la también bailarina en entrevista con MILENIO, pero lo que hace esta coreografía es jugar con la percepción del espectador a fin de que viva la física cuántica, que es muy compleja.
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La matriz es una obra entendida como una trilogía de física cuántica. Méndez cuenta que en la primera parte hacen un homenaje a Jacobo Grinberg y aparecen símbolos:
“Nos teletransportamos, el escenario gira sin que gire, y recurrimos a trucos para que la mente del público sienta y crea que está sucediendo gracias a esos potenciales de la mente. Nosotros lo hacemos en la escena jugando con los elementos”.
Después se aborda la teoría de la duplicidad del tiempo. Vivir la teletransportación, a través del juego cuántico, es una experiencia en la que intervienen los bailarines, la música, el vestuario y el diseño del espacio.
“Empezamos en lo abstracto y terminamos en lo humano, es un trilogía; al final terminamos haciendo la teoría del multiverso que es muy divertida y emotiva porque representamos un departamento: nos vamos desde las moléculas prácticamente a una casa, ahí se viven muchas historias y después se conjuntan para decir ‘no existe el pasado ni el presente ni el futuro, y todo lo que percibes eres tú mismo’”, comenta Méndez.
El viaje de Frida
El montaje cuenta que Frida, una niña de 12 años, y su tío van a ver la obra La matriz. El espectáculo empieza en el momento en que se cierra el telón y el público aplaude como si ya hubiera concluido. Cuando salen del teatro, la niña le explica al tío lo que entendió de ese juego de multiversos.
La directora relata que la respuesta de los asistentes es muy buena pues han presentado la obra, incluso en el Palacio de Bellas Artes, y salen contentos diciendo que tuvieron una muy bonita vivencia; esto es porque la compañía juega con la experiencia mental de los espectadores.
“No queremos aleccionarlos sobre la física cuántica sino que la vivan, y lo mejor es que sí lo logramos. Recurrimos a los saltos cuánticos, que es cuando una persona cambia la línea de pensamiento al direccionar la realidad”.
Detalla que la teoría del multiverso es el último momento de la trilogía:
“La memoria del multiverso es cuando el público ya no ve la abstracción de las líneas del tiempo sino historias; se presenta la de un chico que está enamorado de una violinista pero en otro multiverso se enamora cuando la escuchó en la radio, y en otro él es el violinista pero cuando conoce a la chica la rechaza, y en otro multiverso es al revés.
¿Cómo empezó tu interés por la física cuántica?
Hace muchos años me desahuciaron de la columna porque nací con un defecto congénito, el doctor me dijo que en poco tiempo ya no podría caminar. No quise quedarme con ese diagnóstico, así que investigando conocí la teoría de Jacobo Grinberg y el resultado es que sigo bailando y hago acrobacias.
“Al leer a Grinberg descubrí la posibilidad de la mente y de la conciencia de poder establecer esa línea del tiempo incluso en el cuerpo; pude dar un salto cuántico por lo que eso ya no es problema, cambié a una línea del tiempo.
“En 2016 tuve un problema en el lóbulo temporal y empecé a tener problemas psiquiátricos, entonces, para no medicarme, me puse a investigar de nuevo y empecé a hacer todo con saltos cuánticos, hay muchas herramientas. Me curé y soy la más feliz porque ahora controlo más mi realidad y mi mente, aunque cuesta mucho trabajo. A partir de eso pude darle un giro a mi vida, por esa razón empecé a hablar de física cuántica en la danza y de la manera en que he desarrollado mi lenguaje artístico”.
Este espectáculo de danza es una producción realizada por el Estímulo fiscal Efiartes. Se podrá ver en el Teatro Raúl Flores Canelo el 18, 19, 20 y 21 de abril y en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo el 16 y el 17 de mayo
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