Alejandra Frausto, secretaria de Cultura del gobierno federal tiene ante sí enormes retos en su tercer año al frente de la institución: desde poner orden en casa y hacer los cambios necesarios y urgentes en las áreas donde los resultados fueron catastróficos por la ausencia de pericia, hasta reconstruir el tejido roto con las comunidades artísticas, que son el único vehículo que tiene para hacer la labor cultural que, por mandato constitucional, está obligada a llevar a cabo en beneficio del pueblo mexicano. Hace unos días, un reportero de otro medio me preguntaba si yo quería que se fuera Frausto, contesté que de ninguna manera. Supongo que por eso fui excluido de aquella nota que parecía tener una sola línea.
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No es de mi interés que Alejandra renuncie. Sí en cambio que comprenda y sea consecuente con lo obvio: sin artistas y agentes de cultura no hay labor que justifique la existencia de su puesto. Está, desde mi punto de vista, ante la oportunidad histórica de construir un país donde verdaderamente el vehículo de cambio sea la Cultura, de la mano de la Educación y la Ciencia. Los pendientes en la cultura son tantos y tan enormes que resolver algunos en este período puede darle la vuelta a este momento de cuestionamiento. El 90 por ciento de la población no ha entrado a un teatro, por ejemplo. Se le han negado sus derechos culturales ancestralmente. Así que nuestra secretaria requiere asumir el liderazgo que la haga ser mediadora entre el poder y los artistas y líder del sector.
Cultura Comunitaria, que era su bandera principal durante la campaña, es un buque que no ha zarpado. Ya es momento de que lo haga con enorme potencia en beneficio de todos los mexicanos. Y para ello, como no va a surgir si no es acompañada de agentes culturales comunitarios y los indispensables profesionales, requiere reconsiderar posturas y asumir demandas del sector como propias para armonizar la maltrecha relación. Esto es prioritario. Y no, no quiero que se vaya.
TRASPUNTE
TAMBIÉN HAY BUENAS NOTICIAS
El anuncio que Alejandra realizó de la mano del Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, sobre la asimilación a Imcine de los recién extintos fideicomisos de apoyo al cine; así como los cambios en Efiartes, que sin duda apostarán más por la calidad, son estupendas noticias. A los Efis faltan aún ajustes que la comunidad propuso.