Héctor Suárez Gomís, un libro para reencontrarse con su papá

“Todo el mundo estaba esperando leer la biografía de mi papá, pero no es así”, dijo Héctor Suárez Gomís sobre Gracias, papá (Grijalbo, 2021), libro donde recuerda a su progenitor, el comediante Héctor Suárez, quien falleció el 2 de junio de 2020 a los 81 años.

En lugar del clásico recuento cronológico de la vida del artista que se encumbró en la comedia con personajes como El Flanagan y Doña Zoyla, su hijo narra “todo lo que ocurre las primeras horas después de su muerte, me voy al pasado y regreso. El libro está escrito en la estructura del viaje del héroe”.

“Puse atención en que fuera universal y que, aunque no supieran quién es Héctor Suárez, pudieran verse reflejados en estas enseñanzas de un maestro a su discípulo”, comentó Gomís en entrevista con MILENIO.

Pero el ícono de la televisión no es el único protagonista del libro: su abuela materna, Josefina, también es clave en la narración: “Hay otra coprotagonista que es su abuela, mi bisabuela, porque él es consecuencia de ella. Una mujer que se escapó de su casa con el novio para luchar en la Revolución, pero le mataron al hijo y el novio. Ella educó a mi papá, él fue consecuencia de ella, eso lo tuve presente todo el tiempo”.

Gomís cree que si Héctor Suárez estuviera vivo y leyera la obra, “estaría muy orgulloso, además lo muestro en su vida privada; todo mundo tenía una idea de él por lo que leía en las revistas de chismes, pero lo reflejo en todos sus ángulos: un hombre generoso, espiritual, con una gran filosofía y sabiduría aprendida en el barrio que después mezcló con todos sus estudios de meditación cuando se fue a la India. Un Héctor Suárez que no conocía nadie”.

El también standupero destacó que siendo un niño tomó consciencia de la muerte, pues su papá creía que “si sabes que esto se acaba, vas a vivir intensamente”.

“De pronto platico con él, de pronto lo siento muy cerca. Pueden pasar meses y no siento nada, pero de pronto siento que está conmigo. Apenas fui a Nueva York, me llevé a mi hija, pero ir sin mi papá es horrible porque era nuestra ciudad favorita. Ir al teatro sin él y no marcarle para contarle lo que acababa de ver es horrible. Pero cuando estábamos caminando por Central Park sentí que estaba ahí con nosotros”.

Sobre la escritura, Gomís la considera parte esencial de su vida: “Me hace comunicarme conmigo mismo continuamente, porque no es lo mismo pensar que dejarlo plasmado para siempre”. Y ahondó en sus siguientes proyectos editoriales:

“Hacer de mis dos primeros libros, El pelón en los tiempos del cólera y El pelón de los anillos, uno solo, los mejores capítulos de ambos juntarlos para un formato digital. Y después de hacer Gracias, papá, de ese capítulo donde conté cuando mi papá dejó la arquitectura para volverse actor, en ese me di el permiso, no sé si me salió bien o no, de hacerlo en realismo mágico, entonces quiero escribir una novela. Creo que puedo contar una buena historia y puedo hacerlo bien”.

yhc

​