Los héroes fueron los albañiles, ellos sabían cómo apuntalar: Pedro Mera

Entrevista

El fotoperiodista revive la tragedia de hace dos años y cómo los recuerdos del terremoto de 1985 lo congelaron en medio del caos; asegura que apenas tuvo unos segundos para reaccionar.

Su padre, fotógrafo aficionado, le regaló su primera cámara y le enseñó a usarla; comenzó a revelar en el baño de su casa. (Especial)
El reencuentro. El periodista con Pablo Hernández y la imagen de su rescate de un edificio colapsado. (Especial)
Lenina Ramos
Ciudad de México /

El fotoperiodista Pedro Mera ganó el Premio Nacional de Periodismo por su trabajo “Sobrevivientes del sismo”, una secuencia de imágenes del terremoto del 19 de septiembre de 2017.

“Manos solidarias” muestra a Pablo Hernández, un entrenador de perros, al ser rescatado de un edificio en la calle Balsas, colonia Miravalle. Este retrato fue compartido y comentado por miles de personas dándole la vuelta al mundo y que refleja la esencia de la sociedad mexicana ante la adversidad.

En entrevista para MILENIO, Mera relata su vivencia de aquella tarde y el reencuentro que tuvo con Pablo un año después.

¿Dónde estabas en 1985?

Tenía nueve años y vivía cerca del edificio Topeka —donde quedaron sepultadas cientos de costureras—. Mi mamá nos abrazó a mi hermana y a mí bajo el marco de la puerta, vivíamos en una planta baja, pero aun así no pudimos salir, fuimos a la calle y vimos cuerpos cercenados, nubes de polvo, derrumbes, gente corriendo y regresamos a casa a resguardarnos.

¿Y en 2017?

Fui al Centro a comprar algunas cosas y regresaba en mi moto, en un semáforo se sintió el movimiento, el piso se movía en forma de olas, escuché un ruido como si algo se hubiera desplomado, mi primera reacción fue arrancar y vi que la gente corría hacia un edificio derrumbado. Fui por mi equipo para luego ir a la calle Balsas en la colonia Miravalle, un edificio de cuatro pisos se había caído. En medio del caos comencé a disparar, tengo cerca de 40 fotos previas a conseguir una con discurso y sentido, no había valor estético ni periodístico en las primeras.

Pedro relata que del edificio salió alguien al balcón y gritó que había gente viva: “Pensé: qué vas a hacer, dónde estás parado, qué lente vas a usar, con el proceso mental de más de 20 años de hacer foto, regreso y nace ‘Manos solidarias’”.

Pablo, un entrenador de perros que residía en el Estado de México, llegó al edificio para entrenar a los perros de Karla Díaz, otra sobreviviente de 19-S, ambos salieron corriendo, pero uno de los perros quedó atorado en la puerta y él regresó para rescatarlo, eso le salvó la vida pues la primera persona que salió —una empleada domestica— falleció al ser aplastada por una losa. Pablo quedó atrapado, pero fue rescatado luego de tres horas, tenía un pulmón perforado, costillas rotas y las piernas severamente dañadas.

¿Cómo fue el rescate?

Mi teoría es que los grandes héroes del sismo fueron los albañiles que estaban en construcciones aledañas, fueron los primeros que llegaron a ayudar, llevaban herramientas, ellos sabían cómo apuntalar un edificio, Pablo me lo confirma cuando nos encontramos un año después, a él lo rescataron esos trabajadores.

Pablo recuerda que en un momento de desesperación pidió que le cortaran las piernas para que lo pudieran salvar, no las sentía y estaban atrapadas bajo los escombros, pensaba en su bebé de 9 meses, porque quería verla crecer. Afortunadamente manos solidarias logran sacarlo completo y con vida.

Cuando sale, envía un mensaje a su esposa que decía: “estoy bien, pero tienes que ser fuerte”, ella nunca imaginó que hubiera quedado atrapado en un derrumbe, tardó más de 10 horas en encontrarlo en un hospital.

¿Cómo fue el reencuentro?

En nuestro encuentro me dijo que todavía no podía caminar bien, cuando vio la imagen se sintió de alguna manera agradecido, porque es el momento en que lo rescatan y vuelve a nacer, para él fue hacer catarsis el contarme su historia.

¿Cómo supiste del impacto de esa foto?

Subí la fotografía a mi Instagram y miles de personas la compartieron y la hicieron suya, me escribieron cosas muy bonitas de lo que para ellos representaba la imagen del rescate de Pablo.

¿Cómo te marcó el temblor?

Haber conocido a Pablo me ayudó a reafirmar que lo que hice, fue porque era lo mejor que podía hacer.

Sin duda, otra de las imágenes más importante para el fotógrafo fue la del rescate de Érick Gaona en el edificio de San Luis Potosí y Medellín, en la Roma. “Un día antes me toca ver a la hermana de Erick, quien estaba frente al edificio con un megáfono gritando a su hermano que aguante, que están haciendo todo lo posible por sacarlo”.

Érick trabajaba en ese edificio, lo desalojan y 45 minutos después regresa a sacar sus cosas y es ahí cuando se desploma. Mera regresa al siguiente día al lugar y escucha a través de un megáfono que había encontrado el cuerpo sin vida: “Cuando lo sacan hay un minuto de silencio y uno de aplausos. Yo disparaba con el ojo izquierdo y con el derecho veía de reojo a un compañero fotógrafo y nos salían las lágrimas”.

En colaboración con un colectivo publicaron el libro Puños en alto por México, donde todo lo que se recauda ayuda a reconstruir un kínder en Oaxaca. “Para mí es importante porque esa es la herramienta que utilicé para ayudar”.

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