La siembra de flores de temporada de Día de Muertos comenzó en las parcelas de la comunidad Doxey, en Tlaxcoapan, por lo que en los próximos días los floricultores desarrollarán labores como parte de esta tradición.
Jorge Luis Vargas, uno de los floricultores, quien además participa en la organización del Festival de las Flores, comenzó este martes 20 de julio la siembra de la semilla de cempasúchil.
Con algunas bolsas de semillas de cempasúchil, extraídas de su cosecha anterior, acudió a su parcela de hectárea y media, con diversas herramientas para laborar en su almácigo o semillero.
Explica que este semillero, de 15 metros cuadrados, requiere una preparación previa, y por ello antes de verter la semilla tiene que limpiar el área y nivelarla, para después verter las semillas que con antelación seleccionó de su última cosecha.
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El floricultor explica que selecciona a detalle las flores que utilizará para el almácigo, pues destaca que hasta ahora estos ejemplares que ha sembrado, resultaron resistentes y eso buscan como productores en una buena semilla.
El kilógramo de esta semilla, revela, oscila entre los 800 y los mil pesos, y rinde para un almácigo de aproximadamente 15 metros cuadrados, en donde germinará la semilla, para que en aproximadamente tres semanas sea trasplantada a su ubicación final, ocupando una extensión total de hectárea y media.
Jorge Luis se declara como un creyente y por ello antes de comenzar el vertido de la semilla eleva una plegaria a dios, pidiendo buena producción, una que le permita sostener económicamente a su familia.
Luego empieza a tirar la semilla en el almácigo. Avanza descalzo, se ha quitado las botas para poder laborar mejor. En algunos minutos cubre la extensión total del almácigo y una vez que esto sucede, va a los costados del mismo para desmoronar algunos terrones que ha apartado.
Esa tierra se encuentra mojada, compacta, por lo que al desmoronarla obtiene material que sirve para ayudar a germinar más rápido la semilla. En unos días, dice, ya brotará. Termina de cubrir la extensión con la tierra que desmoronó.
El siguiente paso, cuenta, es acudir a la compuerta de riego más cercana y abrirla para que el agua cubra el almácigo, y así lo hará continuamente para que esté lista las plantas, las cuales después reubicará.
Cempasúchil y pandemia
Desde hace 40 años realiza esta labor. En el último año la pandemia generó muchas dudas entre los floricultores y no tuvieron otra opción más que arriesgarse y sembrar, con total incertidumbre, sin saber si habría Festival de las flores o estarían abiertos los panteones.
La producción se desarrolló, y días antes de la venta el gobierno hidalguense ordenó el cierre de los panteones, medida que impactaría directamente sus ventas, pero a pesar de los malos pronósticos para el sector, mucha gente acudió a los campos de Doxey para tomarse fotografías con las flores, los productores y desde luego para comprar flor, por lo que a pesar del cierre de panteones la venta fue buena.
La flor que quedó se aprovechó como semilla, por lo que las pérdidas fueron mínimas gracias al apoyo de los propios hidalguenses que acudieron a estos campos de cultivo para adquirir sus flores.
Además de que los mayoristas sí llegaron a los sembradíos para adquirir flores para abastecer los mercados del Valle de México. Ante ese escenario, este año con mayor confianza decidieron sembrar nuevamente sus flores, esperando que tengan buenas ventas a pesar de la pandemia de covid-19.