Soy hijo del “Negro”, Britney me caga y Cortés me enorgullece: Armando Ramírez

Entrevista

En 2011 el autor de “Chin-Chin el teporocho” anhelaba pasearse con una mujer petacona; prefería a La Volpe sobre Hugo Sánchez, y opinaba del conquistador: “Fue el verdadero ganador porque se cogió a la Malinche”.

“Es mis tiempos te agarraban a piquetazos, no a balazos”. (Especial)
Juan Alberto Vázquez
Ciudad de México /

El escritor y periodista Armando Ramírez Rodríguez (Ciudad de México, 1952-2019) murió ayer a los 67 años. Cronista de Ciudad de México, pero sobre todo de Tepito, inventó y difundió una forma de expresión rasposa y popular que le salía del alma.

En esta charla de 2011, el creador del exitoso Chin-Chin el teporocho habló, entre otras cosas, de sus perversiones no cumplidas, de su barrio, su futbolista favorito y del orgullo que sentía por Hernán Cortés, un “ganador” porque se cogió a la Malinche.

¿Te sientes muy acá?

¿Yo? Sí, gacho. Ahí en Tepito habemos puros campeones del mundo. De hecho, mi tío era José Medel, El Huitlacoche, y mi papá fue campeón de los guantes de oro. Le decían El Negro Ramírez.

¿Alguna vez has arreglado tus broncas a machetazos?

Antes era a piquetazos. Se habla mucho ahora de la gente que se agarra a balazos en Tepito. Yo conozco a un cuate que hace muchos años le dieron 40 picahielazos, ¿cuál es la diferencia entre cinco balazos y 40 piquetes?

La diferencia es que ahorita saldría tu foto a los cinco minutos, ¿no somos corresponsables de esta paranoia?

Como que de repente se adquirió cierta “libertad” mal entendida. En los medios la metáfora aplicable es la del niño que tuvieron amarrado a la pata de la cama para que no se saliera y cuando cumplió 12 años lo soltaron y salió como pinche cabra loca.

¿Todos somos corruptos?

¿De qué nos espantamos si todos lo somos? Los pobres que quieren ser policías no lo hacen con la consigna del Batman defendiendo Ciudad Gótica, sino para enriquecerse. Saben que ahí está el pan, el billete y la realidad te convence al mirar cuántos comandantes y jefes de policía viven de poca madre.

¿Hace falta que nos gobierne una mujer?

Me pregunto por quién votaría. Pero también, ¿para qué quieren el poder? Me da la sensación de que esas mujeres piensan que seremos un país democrático en la medida que haya una presidenta.

¿Cuál es tu emperador azteca favorito?

Dentro de la deslegitimación de los triunfadores que hay en México está el caso de (Hernán) Cortés. No es mi emperador favorito, pero es tu padre y mi padre, y no lo queremos pese a que fue el verdadero ganador porque se cogió a la Malinche con todo lo que eso significa. Creemos en todo lo que nos trajeron los españoles pero nunca hemos dicho: “Tenemos un jefe chingón que con 800 hombres venció a 100 mil”. ¿Quién como mexicano se enorgullece de Cortés? Yo sí.

¿Hugo o La Volpe?

La Volpe. Hugo es un resentido. Está amargado y quiere, a como dé lugar, que lo reconozcan.

Tienes la edad de algunos tecnócratas, ¿entonces los entiendes, cierto?

Entiendo bien a Ernesto Zedillo. Cuando lo vi, dije: “Ese es un pinche mentiroso, igual de cuento que si fuera tepiteño”. En su caso hay una negación de su identidad, pues él nació en estas colonias pobres, pero se le ve el horror de que lo ubiquen ahí.

¿Eres un resentido social?

Formo parte de los ardidos de la Revolución mexicana porque no me tocó reparto. El punto de vista que quise conservar es el de cómo envidias a la gente a final de cuentas, cómo la odias, cómo tienes ese rencor cuando hay personas que tienen mucha lana y que traen su coche bien bonito, como un BMW, y lo ponen frente a un pobre.

La gente nice se apropió la salsa y el “chale” y el “de pelos”, ¿se las perdonamos?

Es de las cosas que me llaman la atención. Ahorita el mambo, la salsa o el danzón los baila cierta gente, pero en los barrios ya andan con la cumbia andina y otras ondas. Sin embargo, la clase alta no toma entre sus gustos a Los Sepultureros, Los Gatos Negros, o La Sonora Margarita, pero sí escucha a Celia Cruz y Willie Colón, o sea, algo que no chille, que no estropeé sus oiditos.

¿Tienes alguna perversión no cumplida?

Mira, las niñas no me gustan. Britney Spears me caga, me gustan más otras mujeres del estilo de Jennifer Lopez o gente así, en la estética del mango petacón.

La máxima perversión que no he podido cumplir en Chilangolandia es tener un cuero de mujer, pompas petaconas, cinturita estrecha, vestirla antojablemente, ponerme una esclava, agarrarla de la cintura, pasearme por todo el Eje Central y que un machetero desde su camión le chifle o me diga “¡Préstalas, ese”!, para entonces voltear y decirle: ‘Lo que quieras cabrón, pero son mías’”.

¿Qué música te gusta?

La de los Gatos Negros, Los Sepultureros, o La Sonora Margarita.


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