En un año electoral tan importante, donde la atención está puesta en los dimes y diretes de los que buscan el poder, en las promesas que difícilmente cumplen, se debe poner atención en la implementación de políticas culturales que favorezcan al arte y la cultura, entre ellas la producción de la danza y su distribución para que llegue a todos los públicos.
En el Día Internacional de la Danza, este 29 de abril, el doctor en historia del arte, Juan Hernández Islas, especialista y crítico en artes escénicas, llama la atención sobre esta disciplina artística.
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La danza, desde la clásica hasta la folclórica y la contemporánea, “lo que hace es fortalecer los lazos que unen a las comunidades. No estamos hablando de la retórica demagógica, sino de una alianza que se ratifica a través de la realización de la obra de arte. La danza como manifestación artística que se celebra en comunidad no se debe olvidar porque representa el otro poder de la gente, el de la sociedad”.
Lamentablemente, reflexiona en entrevista con MILENIO, en las últimas cuatro décadas, México ha tenido funcionarios en la gestión cultural oficial que no se han preocupado por el desarrollo y el impulso de las artes y menos de la danza.
Con la experiencia que le da una trayectoria de 35 años también como periodista cultural, asegura que los funcionarios han seguido “a pie juntillas” una política institucional que no responde a las necesidades que la comunidad dancística y el público requieren.
“Necesitamos políticas que no se limiten a dar dinero y becas para cumplir con la responsabilidad del Estado, para decir en un discurso demagógico que están haciendo su trabajo. Requerimos de funcionarios sensibles que entiendan la problemática de la danza, que conozcan a la comunidad nacional, no solo a los de Ciudad de México, para que puedan hacer planes de trabajo que permitan el desarrollo de más compañías, de más bailarines y de un público que está ávido de estos productos artísticos”.
Construir juntos
Las acciones que debe tomar la nueva presidenta de México deben ir encaminadas a enriquecer una adecuada política cultural incluyente que no sea centralista, considera Hernández Islas, quien se encuentra cursando su posdoctorado con apoyo del Conahcyt y de la Universidad Autónoma de Baja California, en el que está creando una teoría del arte contemporáneo digital.
“Hemos padecido de funcionarios públicos de oropel que están ahí en sus asientos de sus oficinas planeando no sé para quién, no hay planes de trabajo con el argumento de que no tienen el presupuesto para planear temporadas. Pero me pregunto entonces ¿en dónde está la imaginación? Tendrían que convocar al propio gremio dancístico para resolver las problemáticas, no se vale que el funcionario se esconda y ponga como pretexto que no tiene presupuesto”.
Podrían contar con la colaboración de la comunidad dancística para poder construir, junto con ella, planes de trabajo en los que todos participen y así generar un movimiento de danza dinámico.
Propone que ese plan sea eficiente, que comunique y sensibilice. Que en esta transición gubernamental haya también voluntad de mirar hacia las artes, a la danza, y pensar en que, quien gane, tenga un proyecto de cultura sexenal que efectivamente beneficie la vida espiritual que a través del arte se desarrolla y vive en la sociedad.
Es una deuda pendiente a considerar en este tiempo electoral, indica el experto, que hasta el momento no ha visto que los candidatos hablen sobre un plan y un proyecto de trabajo para este universo, cuando en la manifestación de las artes se encuentra la salud del alma y del espíritu de los seres humanos.
“Que no sea una cuestión de que se gasten presupuesto altísimos para que las producciones lleguen a los elegidos por el sistema, creo que ese es un gran error, necesitamos cambiar. La danza es una de las artes que nos enorgullece y nos representa en el mundo porque lo puede lograr. La danza que se hace en México es de primera y se debe impulsar, crear circuitos que permitan que las producciones se distribuyan y promuevan, incluso por medio de las embajadas”.
En el Módulo sobre Eventos Culturales Seleccionados (MODECULT), del INEGI de 2023, la danza es la disciplina que menor número de asistentes tiene, apenas un 7.5 por ciento, en relación con el cine, que arroja un 42 por ciento, o un concierto con un 21.3 por ciento.
El rol de la Lotería Nacional
El doctor Juan Hernández Islas aplaudió la iniciativa de la Lotería Nacional de haber emitido billetes conmemorativos al Día Internacional de la Danza .
“Fue acertado que la danza tuviera ese reconocimiento de otra tradición popular que puso en contacto a los creadores de la danza con un público masivo, al que no llegaría sin este tipo de iniciativas”, dice el investigador cuyo rostro apareció en esta serie, en el sorteo del 19 de abril.
Subrayó que a los espacios escénicos desafortunadamente acude muy poco público, pero a través de la Lotería Nacional se logró visibilizar a la danza contemporánea, a las compañías, a sus creadores y a quienes luchan por sensibilizar este arte.
“Fijarse en la danza en una época como en la que estamos viviendo es casi milagroso, mientras en otros espacios se cierra la difusión de la danza, la Lotería Nacional abrió esta ventana para decir aquí está la danza que es para ustedes, que no es para una élite, que al igual que un billete de lotería, este arte escénico puede cambiar su vida, y esa parte fue realmente muy significativa”.
PCL