Entre las múltiples actividades que puede desarrollar Juan Villoro desde el encierro está la escritura de una obra de teatro bajo encargo de la Compañía Nacional de Teatro, en la que por vez primera podría contar con bastantes personajes por la temática de la historia.
“Tiene que ver con un momento decisivo de la contracultura, cuando el gran profeta del LSD, Timothy Leary, es expulsado de Harvard y se refugia en Zihuatanejo, donde invita a una serie de personas para ofrecer, de manera controlada, experiencias de expansión de la conciencia; México, en 1962-1963, se convierte en el centro más importante de todo el planeta para las puertas de la percepción. La obra se llama Hotel Nirvana”.
El escritor compartió la trama durante una charla que sostuvo con Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), y la editora Rocío Martínez, para dar a conocer el lanzamiento del volumen de cuentos Examen extraordinario, coeditado con Almadía, en lo que también se convirtió en una reflexión sobre el quehacer del creador en nuestros días.
“En tiempos de pandemia, los escritores debemos actuar como si las cosas fueran posibles. Por ejemplo, estoy escribiendo una obra que, a lo mejor, nunca se va a poner en escena”.
La antología se integra de 14 cuentos, dos de ellos inéditos y el resto publicados antes en tres libros, concebida por el mismo Juan Villoro como “un recuerdo a modo”, porque se trata de relatos que llegaron rápido a su memoria y que, de alguna manera, están más cerca “por una razón emocional que no puedo explicar, pero que es lo quiero compartir con los lectores”.
“No es una antología hecha por un académico, sino por un autor que trata de compartir sus entusiasmos, sus pasiones y, por supuesto, sus inseguridades”.
El título de Examen extraordinario responde a un convencimiento de Villoro: la literatura siempre se pone al examen de los lectores, pero al volverlos a reunir se les ofrece una segunda oportunidad, “es como haberme ido a extraordinario y, ahora, me toca esperar a ver qué dicen los maestros que, en este caso, son los lectores”.
vmb