‘La peor señora del mundo’

LA CRÍTICA/TEATRO

La verdad es que importa poco al espectador, que lo disfruta sin preguntarse si los creadores han cambiado de procedimiento.

Revive el deseo de poner el mundo al revés para ver si así puede funcionar mejor. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
México /

Este es un cuento maravilloso que he leído con mis hijos una y otra vez, sin descanso. Me parece que no es la primera vez que un grupo de teatreros cae en la tentación de llevarlo a la escena. Resultaba casi consecuencia obvia que ocurriera a manos de uno de los mejores exponentes (y pionero) de “teatro de papel” que México tiene: Alejandro Benítez. La peor señora del mundo es uno de los libros más exitosos del gran narrador Francisco Hinojosa. Se imprime una y otra vez; parece un taxímetro maravilloso que no deja de sonar, incrementando ventas. Así, teatreros de distintas geografías emprenden la adaptación y escenificación del cuento con procedimientos y resultados variopintos, supongo.

Ahora mismo, en CdMx se presenta solo con actores en el Foro Shakespeare, al tiempo que en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque (sábados y domingos, 12:30 horas) se ha estrenado recientemente esta versión en “teatro de papel” a manos de las compañías Cuarto Rojo y Facto Teatro, que se unieron para tal propósito.

Avelina Correa, Ricardo García Arteaga y Alejandro Benítez trabajaron de manera colectiva (si bien los créditos se distribuyen por necesidades diversas) para crear un espectáculo increíblemente eficaz con los jóvenes y no tan jóvenes espectadores. La peor señora del mundo en versión “teatro de papel” juega con la técnica propuesta, pero va más allá y permite que los narradores (Correa y Benítez) asuman roles con otra exigencia actoral. Así, los muñecos de papel cobran vida en los narradores, que se desdoblan en personajes en una técnica híbrida que no necesariamente es del gusto de los puristas del “teatro de papel” que defienden que se cuente la historia solo a través de los recursos tradicionales. La verdad es que importa poco al espectador, que lo disfruta sin preguntarse si los creadores han cambiado de procedimiento. 

La peor señora del mundo revive tanto en chicos como en grandes el deseo de poner el mundo al revés para ver si así funciona mejor. Los artilugios de los que se valen los pobladores del norte de Turambul para no seguir siendo víctimas de la aterradora y peor de las peores señoras del mundo es engañarla haciéndole creer que disfrutan de sus atrocidades y que en cambio detestarían y sufrirían actos benevolentes de su parte. La malvada cae en el garlito y termina haciendo las cosas malas más buenas del mundo.

El diseño y construcción de marionetas y teatrino está a cargo de las talentosas manos de Alejandra Hernández y Claudia Castañeda, la producción ejecutiva es de Raúl Morquecho, la iluminación de Eduardo Acosta y la música de Rodrigo Flores.

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