Alejandro Barrañón estudió piano en el Conservatorio Nacional de México, un curso de dos años en Viena, maestría en Cambridge y doctorado en Houston. Actualmente forma parte de los Concertistas de Bellas Artes y es bueno para el ping-pong.
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—¿Qué es un piano?
Una de las grandes invenciones del ser humano
—¿Cuántas horas ensaya al día?
Tres o cuatro, pero más joven eran seis o siete.
—Su papá fue maestro de latín y griego. ¿Cómo anda en etimologías?
Aprendí con él declinaciones, pero si viviera de seguro me reprobaba.
—¿Cómo era el primer piano que tuvo en casa?
Un precioso piano vertical, alemán.
—¿Qué fue para usted la XELA?
Una bendición. Gracias a esa estación conocí el repertorio mundial.
—¿A qué edad tocó por primera vez en público?
A los siete años, en una iglesita.
—Un concierto memorable como espectador.
Siendo niño escuché a Yehudi Menuhin, en el Centro Cultural Ollin Yoliztli. Inolvidable.
—¿Le hubiera gustado ser deportista?
Me gustan la natación y el ping-pong, pero no es para tanto.
—Una travesura como estudiante en el extranjero.
La verdad, fui muy aburrido.
—El mayor aprendizaje fuera de México.
Hay que renovarse o morir.
—Como doctor que es, ¿qué música recetaría contra la ansiedad por confinamiento?
Sí soy doctor… en corcheas. Hay suficiente tiempo para oír las obras completas de Beethoven y Liszt.
—¿Cuál es la pieza que más ha tocado durante su encierro?
Ya me aprendí la Sonata número 29, de Beethoven.
—El mejor pianista que ha escuchado en vivo.
Stefan Askenase.
—Manuel M. Ponce en una frase.
Poesía y equilibrio en la forma.
—Recomiende un disco de Alejandro Barrañón.
Carlos Chávez. Estudios y caprichos.
—Alban Berg o Arnold Schoenberg.
Idolatro a los dos.
—¿Le gusta “Piano man”, de Billy Joel?
No.
—Richard Clayderman o Raúl Di Blasio.
Agustín Lara.
—Un gusto musical culposo.
Me gustan algunos danzones y no siento culpa.
—El concierto suyo que recuerde con más emoción.
Le diré dos: uno en el teatro Ángela Peralta de San Miguel de Allende y otro en el Teatro Nacional de Argelia.
—Los poetas a quienes relee.
Octavio Paz, Sor Juana, Borges, Gorostiza.
—¿Para qué le sirvió el apoyo del FONCA entre 2015 y 2017?
Sacamos a la luz muchas obras musicales mexicanas que estaban empolvadas.
—¿Qué música le gustaría oír al final de su vida?
El tercer movimiento del Cuarteto para cuerdas No. 15, descrito por Beethoven como “canción de agradecimiento de un convaleciente a la divinidad”.
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