“Estoy embarazada. Es horrible”

Al margen

El acontecimiento es un libro duro, sin concesiones. Es la historia de un aborto en una sociedad donde esta decisión es censurada socialmente y está prohibida por las leyes.

'El acontecimiento', de Annie Ernaux, fue publicado originalmente en francés en el año 2000. (Tusquets)
Alma Gelover
Ciudad de México /

El acontecimiento (Tusquets, 2022) es un libro duro, sin concesiones. Es la historia de un aborto en una sociedad donde esta decisión es censurada socialmente y está prohibida por las leyes. La protagonista —la propia autora, Annie Ernaux— se encuentra estudiando filología en Ruan, es la primera en su familia, de obreros y pequeños comerciantes, en llegar a la universidad. Pero se embaraza y su vida se trastoca, no quiere tener un bebé, y de pronto se mira sola, abandonada en su búsqueda de una solución, la única que ella desea, a su problema. Todos le dan la espalda, empezando por el chico, estudiante como ella, que la embarazó.

Era octubre de 1963, tenía 23 años, después de días sin menstruar, con dolores en el estómago, acude a un consultorio, donde el médico confirma su sospecha. Al salir, vuelve caminando a la residencia de estudiantes donde vive. Su agenda de aquella fecha registra lo que pensaba y sentía: “Estoy embarazada. Es horrible”.

La novela es un testimonio de aquel sufrimiento, de aquella zozobra, Ernaux quería escribirla pero postergaba el proyecto, hasta que por fin comenzó, decidida “a ir hasta el final”. “Quiero sumergirme de nuevo en aquel periodo de mi vida, saber lo que descubrí entonces —explica en las primeras páginas—. Esta exploración se inscribirá en la trama de un relato, el único capaz de expresar un acontecimiento que solo fue tiempo, tanto dentro como fuera de mí. La agenda y el diario íntimo que escribí durante aquellos meses me suministrarán las referencias y las pruebas necesarias para establecer unos hechos”.

No tenía dinero, no tenía amistades que pudieran ayudarla. Sin embargo, ella buscaba incansable algún aliado, hasta que finalmente lo encontró en una mujer que había vivido el mismo “acontecimiento”. Es ejemplar la solidaridad, la comprensión entre ellas.

La historia es una bofetada la hipocresía, y la narradora se siente impulsada, obligada a contar lo que padeció a los 23 años. “El hecho de haber vivido algo, sea lo que sea, otorga el derecho imprescriptible de escribir sobre ello. No existe una verdad inferior. Y si no cuento esta experiencia hasta el final, contribuiré a oscurecer la realidad de las mujeres y me pondré del lado de la dominación masculina del mundo”, escribe Ernaux, dispuesta a defender e iluminar “la realidad de las mujeres”.

AQ

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