Hijo de la actriz Lourdes Villarreal, Antonio Rojas pertenece al elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro y dirige Los empeños de un engaño, de Juan Ruiz de Alarcón, que se repondrá en 2021. Rojas estudió actuación en la UNAM y en 2012 ganó un premio para directores jóvenes en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, España. Hoy juega ping-pong con Laberinto.
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—¿Qué es el teatro?
Unas tablas donde echas el resto.
—¿Para qué sirve?
Para curar el alma.
—¿Los nativos del Nuevo Mundo tenían alma?
Todos la tenemos.
—Ruiz de Alarcón (Corcovilla, según Quevedo), ¿era de Taxco o ibérico?
De los dos lados.
—¿El amor justifica la mentira?
No.
—¿Las obras en verso son las grandes ligas actorales?
Sí, absolutamente.
—¿Adaptar es traicionar?
Al contrario, es ser fiel.
—Una línea de Sor Juana.
“Reconozco que me quiere pues se ríe si me río, y cuando lloro, llora”.
—Una obra de Lope de Vega.
El castigo sin venganza.
—José Luis Ibáñez en cinco palabras.
Mi maestro de Teatro clásico.
—Julio Castillo en una.
Genio.
—¿Shakespeare ya lo dijo todo?
No. La vida aún no se acaba.
—Olga Harmony o José Antonio Alcaraz.
José Antonio Alcaraz.
—¿Para qué sirve la crítica?
Para dialogar.
—Un dramaturgo mexicano vivo.
Alfonso Cárcamo.
—La principal virtud de un actor.
Pensar.
—¿Y el peor defecto?
El ego.
—¿Aún hay miscast o ya todo se vale?
Sigue habiendo miscast.
—¿Ibsen profetizó la actual pandemia en Enemigo del pueblo?
La pandemia del pensamiento.
—Novela distópica favorita.
1984.
—Un descubrimiento en el encierro.
Que puedo estar solo.
—Un actor mexicano.
Arturo Ríos.
—Sabina Berman o Juan Villoro.
Juan Villoro.
—Un gusto teatral culposo.
La comedia musical.
—Dos libros en una isla desierta.
La poesía de Cavafis y Los miserables.
—Algo que no se pueda enseñar.
A vivir.
—¿Una butaca vacía es un fracaso?
No. Es un reto.
—¿Qué te enseña Lourdes Villarreal?
A no ser tan clavado.
—Un recuerdo de Nueva York.
Jackson Pollock.
—Harold Pinter o Ibargüengoitia.
Harold Pinter.
—Tu epitafio.
“Sí le echó ganas”.
AQ