Ciencia | Por Alberto Blanco

Meditaciones

El poeta compara la condición cambiante del conocimiento con las verdades que consideramos inmutables.

"Nada más incierto que las verdades científicas". (Foto | National Cancer Institute
Alberto Blanco
Ciudad de México /

Nada más incierto que las verdades científicas.

Nada más cambiante…

Solo la moda, las costumbres

y la moralidad cambian más rápido.

Lo que hace rato era una verdad de a kilo

hoy es una patente falacia.


¿Cuánto tiempo hace

que aceptábamos como un axioma

que las neuronas son las únicas células del cuerpo

que no se pueden regenerar?


Y hoy resulta que esto no es cierto;

o no del todo… hay condiciones.

La neurogénesis es un hecho.

Todo parece indicar que el hipocampo

produce células nuevas toda la vida.


Y si la Tierra plana fue una evidencia

inamovible por milenios y milenios,

y hoy damos por un hecho

que la esfericidad de la Tierra

es una firme certeza…

más vale que nos vayamos con tiento.


Las mentiras de hoy

pueden ser las verdades de mañana.


La verdad y la mentira

crecen y decrecen como la luna.


Pero la luna es la luna.

Las tautologías no están a discusión.


Las paradojas tampoco

sufren mella al paso del tiempo…


Como bien dice

el inagotable Tao Te Ching:


“El que habla no sabe

y el que sabe, se calla”.

AQ

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