Nada más incierto que las verdades científicas.
Nada más cambiante…
Solo la moda, las costumbres
y la moralidad cambian más rápido.
Lo que hace rato era una verdad de a kilo
hoy es una patente falacia.
¿Cuánto tiempo hace
que aceptábamos como un axioma
que las neuronas son las únicas células del cuerpo
que no se pueden regenerar?
Y hoy resulta que esto no es cierto;
o no del todo… hay condiciones.
La neurogénesis es un hecho.
Todo parece indicar que el hipocampo
produce células nuevas toda la vida.
Y si la Tierra plana fue una evidencia
inamovible por milenios y milenios,
y hoy damos por un hecho
que la esfericidad de la Tierra
es una firme certeza…
más vale que nos vayamos con tiento.
Las mentiras de hoy
pueden ser las verdades de mañana.
La verdad y la mentira
crecen y decrecen como la luna.
Pero la luna es la luna.
Las tautologías no están a discusión.
Las paradojas tampoco
sufren mella al paso del tiempo…
Como bien dice
el inagotable Tao Te Ching:
“El que habla no sabe
y el que sabe, se calla”.
AQ