Claudina Domingo: una mirada poética para escribir la historia de un personaje imposible

Entrevista

La narradora y poeta publica con la editorial Sexto Piso su primera novela, La noche en el espejo, cuya protagonista se halla en la búsqueda de la identidad.

Claudina Domingo es autora de 'Las enemigas' y 'La noche en el espejo'. (Cortesía: Sexto Piso)
Ángel Soto
Ciudad de México /

A la trayectoria literaria de Claudina Domingo la atraviesa una condición poética indeclinable. Es un mandato que perfora las fronteras de sus premiados libros de poesía —Tránsito (Tierra Adentro, 2011) y Ya sabes que no veo de noche (Atrasalante, 2017)— y colma también a su narrativa de minuciosas construcciones de atmósferas y detalles ensamblados con metáforas. Ocurre así en el volumen de cuentos Las enemigas (2017) y en La noche en el espejo (2020), su primera novela.

Publicados por Sexto Piso, a ambos libros los hermana ese rasgo constante. “Cuando pasé de la poesía a la narrativa, una de mis preocupaciones era no perder ese toque”, dice Domingo en entrevista.

“En Las enemigas la prosa estaba recargada de metáforas. En cambio, en La noche en el espejo necesitaba una prosa más ágil, porque es una narrativa muy dinámica donde ocurren cosas todo el tiempo, pero quería conservar esa mirada poética”.

“Biografía onírica” es el término que la escritora mexicana emplea para describir la personalidad de este libro, cuya protagonista transita de un sueño a otro —acaso entre los distintos episodios de un mismo sueño— cual Scherezada en su propia versión de Las mil y una noches, adaptándose a todos los escenarios, pero también huyendo de ellos en una caza perpetua de su identidad.

—La protagonista se enfrenta a toda clase de situaciones, ¿por qué no logra descifrar cuál es su propósito?

El gran conflicto de este personaje es que constantemente quiere hacer una anagnórisis del lugar en el que se encuentra. Lo que no sabe, y nunca lo sabrá a lo largo del libro, es que está soñando. Quise escribir un personaje imposible que experimentara toda la gama de emociones humanas, desde el amor, la alegría y el regocijo hasta el terror, y que, sin embargo, está metida en una no-realidad y no lo sabe. En esa noción de la imposibilidad, ella parece desconocer qué es el sueño.

—Sueño que a menudo se convierte en pesadilla.

Sí, intenté indagar en lo más profundo de los motivos emocionales de un ser humano, y el miedo es uno de ellos. En ese terror está involucrado el desconcierto, que existe aun cuando ella atraviesa pasajes más felices. En cambio, cuando la trama es espeluznante, el desconcierto solo contribuye a generar una sensación de angustia y ansiedad.

—El sueño debe ser un ámbito peligroso de narrar, porque corres el riesgo de rozar el absurdo, de restar verosimilitud a lo que cuentas. ¿Qué dificultad planteó para ti?

Había un problema con dos vertientes. Una: aferrarme a una lógica narrativa tradicional, a una novela lineal, pero de ese modo se perdería el sentido onírico; y dos: apegarme a lo onírico aunque estuviera diluida la forma tradicional de una novela. Claro, tomé la segunda alternativa. De todas maneras había que generar una cohesión para que este personaje siguiera siendo personaje y la novela siguiera siendo novela. Narrar los sueños requirió de una invención que sirviera a la unidad narrativa.

—Hacia el final de la novela, la protagonista se pregunta qué le pasa al tiempo. Algo similar podríamos decir del transcurrir de esta novela: algo le pasa al tiempo…

Sí, justamente uno de los grandes problemas de identidad que cualquier persona puede experimentar es que se destruya su idea del tiempo. En algunos capítulos la protagonista piensa que es una mujer joven, o que es una adulta, y resulta que es una anciana o una niña. Lo que quise plantear en el fondo, y lo que no está dicho en la novela, es la biografía de la vigilia de este personaje. Solamente tenemos su biografía onírica. No quise presentar capítulos de su vigilia, porque me interesaba que toda la discusión estuviera centrada en el tema onírico, en la confusión y en la falta de identidad. Ella de pronto tiene vislumbres conscientes y recuerdos que se confunden entre sí, pero su consciencia está trastocada. Por eso el tiempo en la novela está cuestionado.

ÁSS

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