Después de Crónicas desde el piso de ventas —un libro en el cual se disfrutan el sentido de la ironía y el de la observación—, cabría esperar que Iván Farías diera un golpe contundente en su faceta de narrador. Habrá, sin embargo, que esperar. Tipos que no duermen por la noche (Nitro Noir), doce cuentos suscritos al género negro, consigna más una serie de intentos que de certidumbres. Su lectura trae por fuerza una desconsolada sensación: la de que todo en él pudo haberse resuelto mejor.
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El mayor tropiezo proviene del estilo. Farías no ha sabido entender que la oralidad es un artilugio lingüístico y no simple denotación. Por eso hallamos estas frases: “Siempre me ponías un poema para despedirte. Había algunos en que pensé que te estabas enamorando de mí” (¿?) o “Los pibes con los que cojo siempre tienen coca” (suponemos a una argentina) o “Nel, no puedo. Me cae de madre que no puedo”.
Ya que el estilo no es un artículo de primera necesidad, podríamos suponer que las energías se concentran en el argumento. Pero, a excepción de “Veneno de serpiente”, que cierra el volumen, no encuentro sino historias con desarrollos y finales predecibles, para no hablar de esos cierres en los que la solución llega con los mismos recursos (dos de ellos ofrecen la imagen del personaje en el momento de “irse desvaneciendo”. Pienso, por ejemplo, en “Buscar y destruir”. Nada más observamos a esa familia vacacionista internándose por las carreteras y los caminos vecinales de Veracruz, y una vez que el padre irresuelto censura, como de pasada, la mala conducta del ejército, presentimos el inevitable desenlace. Pienso asimismo en “Pagar el alquiler”, en el cual la muerte del protagonista se anuncia desde la primera página sólo para dejar sin efecto la pretendida atmósfera de suspenso. Desconsuela de igual modo “Cruz Diablo”, una estampa costumbrista sin más propósito que el de alentar las risotadas del grupo de cuates.
Tipos que no duermen por la noche lleva a preguntar por los alcances del noir a la mexicana. ¿Debemos considerarlo una vitrina donde se exhiben la violencia institucional, las complicidades entre los servidores públicos y los narcotraficantes y tratantes de blancas, el pánico aguardando en las calles, el ego desequilibrado de los procuradores de justicia? ¿Debemos considerarlo sólo eso, un observatorio sin empeño intelectual ni arrogancia literaria?
Tipos que no duermen por la noche
Autor: Iván FaríasEditorial: Nitro NoirPaís: MéxicoAño : 2019
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