Las huellas del otoño: las lecciones de David Huerta

Reseña

A través de asuntos tan dispares como el espionaje o la posición de las palabras en la frase, el poeta y ensayista mexicano se las ingenia para enseñar deleitando.

David Huerta, poeta y ensayista mexicano. (José Méndez | EFE)
Luis Vicente de Aguinaga
Ciudad de México /

En la nota que puede leerse al final de su libro de 2017, titulado El vaso de tiempo, David Huerta (Ciudad de México, 1949) explica que los ensayos que forman el volumen tienen su origen en la columna que comenzó a publicar en la Revista de la Universidad de México en 2007. Más abajo agrega: “En 2016 sigo colaborando en sus páginas”. Esa colaboración apenas duró un año más, y por las fechas en que se publicaba El vaso de tiempo la columna tocó a su fin.

Casi todos los ensayos de Las hojas, nuevo libro de Huerta, fueron también entregas de aquella columna. Pero existe una considerable diferencia entre ambas obras: El vaso de tiempo consta de nueve textos; Las hojas, de treinta y tres. El de 2017 se lee como un libro centrado en el Siglo de Oro con alusiones ocasionales a Othón, incluso a Poe, varias veces a Gorostiza y algunas más a Borges; el de 2020, por el contrario, es un poliedro, un objeto complejo que puede leerse como una serie de charlas admirablemente sabias e interesantes cuya sustancia es la poesía, como un índice de concordancias literarias, un gabinete de curiosidades y, por encima de todo, un registro de las convicciones, dudas, preguntas y respuestas de una conciencia que ya sólo puede comprenderse a sí misma como un poema, esto es: como un artefacto verbal dominado simultáneamente por la memoria y el azar, la tradición y la novedad, la historia y la experiencia individual.

No por ser un libro “sobre poesía”, como anuncia el subtítulo, debe suponerse que Las hojas hable solamente de poetas. Por el contrario, es un libro que combina, como los mejores de su especie, la lectura directa con la indirecta, el poema con la investigación crítica, la singularidad observada en estrofas irrepetibles con la semejanza que dos o más textos parecen haber pactado secretamente. Huerta señala bellezas poéticas a veces milimétricas, identifica tópicos, escucha con atención a críticos y maestros (Menéndez Pelayo, Asín Palacios, Alonso, Gómez Robledo, Spitzer, Curtius, Jammes, Vendler, Kenner, Alatorre, Frenk…) y descarta ideas que juzga erróneas (en textos de Zambrano y de Gutiérrez Girardot, por ejemplo) sin otro fin que disfrutar y hacer disfrutar a Dante, Cervantes, Donne, Lope de Vega, Machado, Eliot, García Lorca, Borges, Lezama Lima y, por encima de todos, Góngora.

Cada ensayo de Las hojas —y también el cuento final del volumen, que pertenece al género de la ficción filológica— es un pequeño cuaderno, una secuencia de jugosos apuntes que parten de observaciones aparentemente incidentales para trazar notables perspectivas temáticas. A través de asuntos tan dispares como el espionaje o las recompensas de la dificultad, la posición de las palabras en la frase o la desaparición de la penúltima vocal en los antiguos esdrújulos latinos, los ríos o las golondrinas, los últimos días de Pound o la visita del viejo W. B. Yeats a un jardín de niños, Huerta se las ingenia para enseñar deleitando, como pedía el clásico. En este sentido, Las hojas pinta muy bien a Huerta en su avatar de profesor: cada ensayo es una demostración, una clase, una conferencia de siete u ocho páginas.

El título del volumen queda explicado en un texto cuyo tema son las hojas de los árboles, metáfora de las generaciones humanas. Hacia el final del ensayo, el estilo expositivo de Huerta se fractura y permite que surjan estas palabras, arbitrariamente poéticas y, por ello mismo, extrañamente oportunas: “En esta hoja verás la huella de la mente, los signos de la ganancia y la pérdida, la huella del otoño en forma de un enrojecimiento con bordes magníficos de oro, como cuando en la nube vespertina descubrimos esa orla de plata, ese destello salido del sueño”. En las palabras del poema, en las palabras del ensayo, está impresa una huella: el contenido —parafraseando a Huerta— está hecho de forma.

Las hojas. Sobre poesía (2007-2019)

David Huerta | Cataria | México | 2020 | 257 pp.

AQ

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