Diálogos coreográficos contemporáneos

Danza

Un recorrido por las obras que integran una de las funciones de la temporada de danza en el Palacio de Bellas Artes, a realizarse hasta el 17 de agosto.

Bailarines de la compañía Contempodanza. (Cortesía)
Argelia Guerrero
Ciudad de México /

La reciente temporada de danza en el Palacio de Bellas Artes contempla una programación diversa integrada por dieciséis coreógrafos y trece compañías provenientes de seis estados de la república y se lleva a cabo del 1 al 17 de agosto. Con ello se busca fortalecer la presencia de la danza nacional en uno los recintos artísticos más importantes del país, así como abrir el panorama a las propuestas coreográficas que se trabajan en otros estados, además de la Ciudad de México.

El próximo 13 de agosto toca el turno a una terna de mujeres cuyas trayectorias, como refiere el coreógrafo Mauricio Nava, ya representan una leyenda y escuela para la danza nacional. En la función titulada Diálogos Coreográficos Contemporáneos se encontrarán y dialogarán los trabajos de Cecilia Lugo, Cecilia Appleton y Adriana Castaños, directoras de las compañías Contempodanza, Contradanza y Producciones La Lágrima, respectivamente.

Este encuentro de creadoras, cuyo trabajo dancístico suma décadas, representa la experiencia de reunir distintos modos de interpretar el trabajo coreográfico, los diversos temas que las motivan y los estilos con los que hacen del movimiento su herramienta para fincar su discurso. Es, a decir de Cecilia Appleton, un diálogo de miradas éticas y estéticas cuya riqueza es la pluralidad y la posibilidad de apreciarlas juntas.

La compañía Contradanza llevará al escenario una pieza de su repertorio: Camas con historias. Creada en 1991, esta pieza ha adquirido matices a lo largo de múltiples interpretaciones y hoy retoma la propuesta estética original; es decir, una poética más lírica, con movimientos lentos y uso de pausas. Un discurso coreográfico que pone una sola escena en acción y no varias simultáneas, como hace en la actualidad. La obra aborda el tema de la intimidad. Navega entre el ensueño, el erotismo, las condiciones también violentas pero, sobre todo, amorosas. Appleton se propone mostrar al espectador lo que no quiere ver, lo más profundo de la intimidad, para que el público vuelva a conectar con esa parte “profundamente humana”.

La compañía sonorense La Lágrima traerá al Palacio de Bellas Artes la obra Plagio, diálogo con Baldessari, con la que reflexiona sobre lo que implica copiar en la exploración coreográfica. Estrenada en 2017 en el festival Un desierto para la danza, cuestiona el supuesto derecho a la afamada originalidad en el arte y establece que todo acto de creación parte de la mimesis, de repetir símbolos, signos y significados. Para ello, se propusieron un diálogo con el artista conceptual Baldessari, “maestro del copiar y pegar para crear algo nuevo”. Se trata de un ensayo filosófico que problematiza la creación artística y su naturaleza a través de los cuerpos en movimiento con un abanico de matices y un despliegue de plasticidad.

Finalmente, la compañía Contradanza, dirigida por Cecilia Lugo, danzará Travesías de humo, fragmento de la obra Ítaca. Esta inspirada en el relato La mulata de Córdoba (aquella mujer que, encerrada por bruja en San Juan de Ulúa, pintaba un barco hasta que un día no se le vio más, pues zarpó). La coreógrafa reflexiona sobre el exilio, no solo geográfico, sino de quienes también se convierten en extraños en su propia tierra. El fenómeno de la migración, la experiencia de quienes han abandonado su hogar físico o simbólico y cuyos cuerpos se vuelven anónimos, no escapa de las preocupaciones que atañen a la coreógrafa. La musicalidad y plasticidad característica de las piezas coreográficas de Cecilia Lugo son un deleite al ojo y al oído, un modo exquisito de acompañar las reflexiones planteadas por ella.

La visión de la vida está acotada por el cuerpo. Cada una de estas maestras pondrá sobre el escenario un modo de abordar esa visión desde sus perspectivas estéticas.

ÁSS

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