Deconstruir la pose

Artes visuales

La exposición Días únicos: el estudio y su archivo, proyecto de la fotógrafa mexicana Yvonne Venegas, estará disponible hasta el 1 de diciembre de este año.

'Días únicos' es el resultado del rescate de imágenes del archivo del estudio fotográfico comercial Venegas Fotografía Fina. (Cortesía: MUAC)
Miriam Mabel Martínez
Ciudad de México /

¿Qué es un archivo? ¿A quién le pertenece? ¿Es una obra en proceso o una pieza conceptual? Estas son algunas de las preguntas que el espectador se plantea al observar Días únicos: el estudio y su archivo, de la fotógrafa mexicana Yvonne Venegas (1970), que se presenta en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.

A Venegas le intriga la construcción de la mirada; así lo evidencia su trabajo y su acercamiento al retrato, a través del cual indaga sobre la identidad. Quién es el retratado, cuál es su contexto, a quién observa al ser fotografiado, quién es su espectador… Pero eso no es todo, también le inquieta qué busca el fotógrafo, sobre todo cómo arma y desarma el contexto para crear un discurso propio.

Y así, con esta curiosidad navega en el archivo de Venegas Fotografía Fina, el estudio de sus padres, quizá en un acto de autoconstrucción, quizá respondiendo al uso posmoderno de la nostalgia que ha permeado al siglo XXI. O para reivindicar su genealogía, como apunta Cuauhtémoc Medina. O a lo mejor es la evidencia de la apropiación como una obra de arte en la línea que propone el artista tijuanense Víctor Lerma, para quien el archivo, más que una estrategia, es la experiencia que se transforma en concepto. Lo que vemos en la pieza de Venegas es el trazo de una idea, el volumen de una mirada que nos permite ver lo ya visto desde otro lugar; en este caso, desde la falla.

Las imágenes seleccionadas por Venegas no buscan recuperar la Tijuana de los años setenta y ochenta; no se trata de la reconstrucción de un contexto, ni de lecturas historicistas, ni de la recuperación del ojo de su padre, quien fue en esa época el cronista visual de la clase alta tijuanense que aspiraba a emular la imagen de sus vecinos como un acto de progreso. Venegas va configurando la historia del error, de la vida que se filtra con su imperfección en las tomas perfectas que arman álbumes de los relatos amorosos de las bodas y las fiestas de una sociedad que optó por autoconsumirse desde el deseo importado del otro lado del río.

Esta selección se enfoca en exhibir la vulnerabilidad de la frontera; una fragilidad que quedó retratada y que fue desechada. Ese desecho es el que recupera Venegas para deconstruir la pose, para poner el ojo en la ambigüedad y así reformular la mirada, revisitar a esos mismos personajes, viajar por las fisuras de aquel deseo aspiracional, recuperarlos en su necesidad de ser perfectos, en su esfuerzo por “ser”. ¿Acaso no es eso un retrato?

RP

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