Primavera que eres
Citlali Ordaz*
Invocar la emoción que nos habita.
Vibrar en el centro de la tierra
igual que la semilla.
Renombrar el mundo con la luz del retoño
y cobijar ese brote con palabras,
con poesía.
Conmemorar la emoción
es evocar la vida.
La tierra ahora está llena de tus semillas:
en el invierno crecerán
en medio del silencio y de tu abrazo.
Despertamos contigo,
con el cálido esplendor de marzo;
abrimos los ojos y soñamos tu amor.
Te quedas y te vas en primavera.
Infinita resplandeces y dejas en libertad a la poesía
tan tuya y tan del universo.
Tu muerte nos florece en el alma.
*Asistente al taller de Dolores Castro desde 2012 en la escuela de periodismo Carlos Septién García.
Sigo tus palabras
María de la Luz Romero Cervantes*
Sigo tus palabras. Cruza el silencio el patio de tu casa. Desde lejos veo en cada hoja de los árboles la poesía escrita con tus ojos. Crecen las tardes, se enredan los recuerdos, florecen en tus ojos. Ellos recorren la casa, flotan entre la madera y los retratos.
Te rodea un mundo de girasoles, son ojos visitando sombras, ríen contigo.
El tocador rostro, cristal, espejo que canta. Los collares cuentan cuentos, tus aretes escuchan las pisadas del reloj cada noche.
Siempre la cama tiene sueño, pero tú ¡no! Se reúnen los poetas en tu cuarto, no te dejan dormir, caminan en tus libros, comen cada letra, prenden la luz del alma, detienen la noche con poemas, no permiten que amanezca.
En tus ojos la noche se hizo un nudo. Hilitos de luz se van deshaciendo.
Ahora la niña inquieta de las fotos salta al sillón para leer, escribir y seguir soñando en su niñez de 98 años.
* Estudió en la escuela Carlos Septién García, y desde 1982 comenzó a tomar clases con la maestra Dolores Castro, siguió hasta el sábado 5 de marzo del 2022 que la poeta dio la última sesión por zoom.
Para Dolores Castro
Renata Vega Albela*
Tus ojos son hermosas flores
la pureza de la luz,
tras el verde de tu sabiduría
La pradera en palabras, te envuelve.
Burbujas de una profundidad
del mar que nos aguarda,
esparcen una estela
siempre encendida
ardiendo sobre tus letras de sal.
Escribimos para no olvidar/
para edificar el vuelo
de un ave
para dejar una huella de sonido.
Dormiremos el sueño del viento
y ya nada le dolerá al aire;
y estaremos un día
en la fragua y su resplandor
esparciendo tu corazón
en el vegetal sueño
de tu canto.
* Entró al taller de Dolores Castro en 2015 y hasta la última clase presencial que dio, en abril del 2020 en su casa. En el 2021, participó en algunas de sus clases virtuales.
Mi maestra
Fernando Espino Lora*
Su taller me ha permitido adentrarme en los puntos finos del arte de escribir. Confieso que, por momentos, he tenido dudas y he estado al borde de la desesperación, pues he llegado a comprender que escribir no es tan fácil como lo pensaba. Escribir bien, digo. De hecho, este texto tendrá exceso de adjetivos y otros tantos errores. Sin embargo, usted me ha encaminado en la dirección correcta y, creo he ido ascendiendo peldaños valiosos de la mano de usted, la poeta Dolores Castro.
Gracias por estar siempre dispuesta a compartir su talento, su experiencia y sus conocimientos. Gracias por todo, maestra.
* En 2016, el autor, tallerista de Dolores Castro desde 2013, le escribió esta carta. En ella recuerda una frase de la maestra, quien siempre decía: “este tres veces heroico taller”.
AQ