Con este poema celebramos a David Huerta por el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2019.
En líquida oscilación se descompone,
como un prisma de vidrio acariciante
—curva sobre la tierra
de la alfombra raída
su alma feral y bebedora—, el tenso
talante de este tímido, apenas engastado
en un rincón (aturdimiento)
de la fiesta impuntual.
Cruzado el cuerpo
de costillar a hombro
por el fulgor del ron,
atraviesa la sala hacia el rubor
de la ninfa de espalda delgadísima
–es otra, ella, oscilación
pero azul y abundante a su manera
puntillista. Le habla y la convence:
cuerpos rayados
por el derrame feroz, tasajëado,
de los estroboscopios. Se van, se pierden.
ÁSS