Como director del coro de la Metropolitan Opera House de Nueva York (MetOpera) desde 2007, Donald Palumbo (1948) está a cargo de hacer que casi un centenar de voces individuales suenen al unísono en alrededor de 25 producciones cada temporada anual en ese escenario del Lincoln Center.
Y el más famoso de los coros de la ópera, “Va, pensiero”, para él unifica la esperanza de vivir en paz.
En entrevista desde Nueva York en vísperas de la transmisión en vivo de la producción de Nabucco, Palumbo destaca la relevancia de esta obra escrita por Giuseppe Verdi en 1841 y cuyos coros trascienden del escenario al público, en especial el más célebre de la historia operística: “Va, pensiero”.
“Para cualquier chorus master, Nabucco contiene uno de los más famosos coros en la historia de la ópera; cualquier gran compañía con un gran coro ha interpretado ‘Va, pensiero’ muchas veces. Pero, es interesante que en Nabucco hay coros más complejos que ‘Va, pensiero’, la ópera completa es un gran reto para cualquier coro”, expone Palumbo, quien llegó a la MetOpera después de haber dirigido también el coro de la Lyric Opera of Chicago de 1991 a 2007 y antes el de la Ópera de Lyon (Francia).
Nabucco, en la versión libre de Verdi sobre un pasaje del Antiguo Testamento, cuenta la caída de Jerusalem a manos del rey babilonio Nabucodonosor (Nabucco); su momento más popular es el coro de los esclavos hebreos “Va, pensiero”, en el que expresan su nostalgia por la patria perdida, que en el contexto de la vida del compositor representó la aspiración de unidad en la Italia del Risorgimento.
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Este sábado 6 de enero, la MetOpera transmite en vivo Nabucco, en producción de Elijah Moshinsky ambientada en Jerusalem y Babilonia en el 586 AC, que se estrenó en el teatro neoyorquino en 2001; con el barítono georgiano George Gagnidze, que debuta en esta casa el protagónico después de haberlo interpretado en la Arena di Verona en una puesta en escena ambientada en la Italia del Risorgimento.
La soprano ucraniana Liudmyla Monastyrska retoma el papel de la vengativa Abigaille, hija adoptada por Nabucco. La mezzosoprano rusa Maria Barakova interpreta a Fenena, hija legítima del rey babilonio; el tenor surcoreano SeokJong Baek hace el rol de Ismaele, el enamorado de la joven. Y el bajo ucraniano Dmitry Belosselskiy a Zaccaria, sumo sacerdote de Israel, que canta desde 2011 en el montaje de la MetOpera. El director italiano Daniele Callegari estará al frente de la orquesta del teatro.
La transmisión en vivo de la espectacular producción, con escenografía de John Napier, vestuario de Andreane Neofitou, podrá verse el sábado 6 en México (Auditorio Nacional), a partir de las 12 horas.
Palumbo destaca los elementos del bel canto en esta obra de Verdi, la tercera en la cronología de su repertorio y con la que el compositor saltó a la fama tras su estreno en la Scala de Milán en 1842.
“Es importante señalar que cuando cantamos Nabucco no es igual que cantar Otelo o Aída”, dice Palumbo, que dejó la química por la música sin pasar por el conservatorio; cantó en coros austriacos con Herbert von Karajan y Karl Böhm, y fue asistente del chorus master de la Scala Robert Benaglio.
Aunque como especialista explica que su coro favorito de Nabucco es más bien el primero en la ópera.
“Para mí, la sección más difícil y compleja de Nabucco es el coro del principio de la ópera, que está compuesto por diferentes secciones musicales; es una enorme exposición del sonido del coro”, explica.
Pero responde a bote pronto por qué el coro “Va, pensiero” queda de inmediato grabado en la memoria.
“Básicamente, por su simple melodía, que el público puede seguir y cantar si conoce la letra, por eso se volvió tan popular. Incluso, en Italia, cuando se interpreta, la audiencia canta la melodía de “Va, pensiero”, que habla de no poder estar en tu patria, de ir al exilio, de sufrir por eso”, dice Palumbo.
“Este coro le habla a mucha gente en el mundo en este momento en el que hay varias guerras y mucha gente no se encuentra en sus patrias, sino desplazada; hay mucha gente que añora sus países. Por eso la historia de Nabucco es tan relevante hoy como lo fue en los tiempos de Verdi y el coro se convierte como en un himno de la gente que se une con su país otra vez. Hoy seguimos hablando de las mismas cosas, peleamos por lo mismo, tenemos guerras religiosas, por el territorio, por el poder… Nabucco muestra el sufrimiento de la gente. ‘Va, pensiero’ resume todas las esperanzas de vivir en paz”, agrega.
Con medio siglo de carrera y considerado el mejor chorus master del mundo, Palumbo ha atestiguado que compositores contemporáneos como Philip Glass, Thomas Adès, John Adams, Kevin Puts, Terence Blanchard, Anthony Davis o Nico Muhly han dado un papel más protagónico al coro en sus partituras.
“Definitivamente, los compositores actuales están más conscientes de los coros en sus obras. Una cosa que pasó es que ahora los coros toman un papel más directo, con más acción en el escenario. He participado en muchas producciones contemporáneas que cuando empecé mi carrera ni siquiera existían, que han dado un nuevo estilo para cantar a los coros”, cuenta el director del coro de la MetOpera, que pone de ejemplos más concretos Satyagraha o Akhnaten, dos de las óperas de Philip Glass que han podido verse en México, en el Auditorio Nacional, gracias a las transmisiones en vivo.
Además de Nabucco, durante enero la MetOpera también transmitirá en vivo una nueva producción de Carmen, de George Bizet, el sábado 27 de enero, que también podrá verse en el Auditorio Nacional.
Palumbo destaca que el desempeño de los coros en ambas óperas es muy diferente, en especial por el trabajo que se tiene que hacer con el idioma en que deben cantar sus integrantes, el francés en Carmen.
“De cualquier forma, en México tendrán dos maravillosas experiencias operísticas muy diferentes, con coros muy diferentes”, dice Palumbo, que expresa su orgullo de que la gente acuda al teatro de la Metropolitan Opera House también por el papel que desempeña el coro a su cargo en las producciones.
AQ