Titiriteros en medio de la nada

Doble filo

La polaca Kasia Sek y el español Jaime Hevia llevan casi tres lustros divirtiendo a niños que viven en rancherías de México, tal como se plasma en ‘El carretón del desierto’, documental de Jorge Prior.

Fotograma de 'El carretón del desierto' (Cultura UNAM)
Fernando Figueroa
Ciudad de México /

I

Kasia Sek estudió teatro, con especialidad en marionetas, en su natal Polonia. Jaime Hevia se tituló como maestro de educación física en la Universidad Complutense de Madrid y también es cirquero. El destino los unió en Kerala, India, donde ambos tomaban un curso de expresión corporal.

Ya como pareja visitan Charcas, en San Luis Potosí, y les gusta el desierto mexicano como para quedarse a vivir.

Con unos cuantos títeres en las mochilas, Kasia y Jaime caminan cientos de kilómetros y visitan decenas de rancherías donde ofrecen al aire libre sencillos espectáculos para chicos y grandes. La “entrada” es gratuita pero al final del show aceptan cualquier moneda, taco, fruta, verdura o semilla que los lugareños les quieran dar.

En ciertas temporadas viajan a Europa a trabajar de lo que sea y siempre regresan a su terruño mexicano. Luego de los tres primeros años de esa aventura existencial y profesional, deciden comprar un carretón para viajar jalados por caballos, en compañía de más títeres y marionetas (la Familia Nudo), confeccionados con materiales reciclados.

II

El cineasta mexicano Jorge Prior leyó en La Jornada una nota de Alfredo Valadez Rodríguez, corresponsal de ese diario en Zacatecas, acerca de la singular pareja de artistas europeos. Decidió buscarlos para hacer un sencillo reportaje audiovisual, pero se entusiasmó con la labor que ellos llevan a cabo en México y realizó una película documental que se titula El carretón del desierto.

Prior y un pequeño equipo de producción viajaron ocho o nueve veces al desierto para realizar este material. A finales de 2021 queda terminada la película, pero entonces se cruza la pandemia y luego viene cierto rechazo de festivales y distribuidores ante una historia en la que no hay desaparecidos, narcotraficantes ni ríos de sangre.

El carretón del desierto se estrenó en la Cineteca Nacional el 15 de marzo pasado, con buena aceptación durante ocho semanas. En el interior de la República se ha proyectado en diversos cineclubes, en muchos casos con entrada gratuita.

III

Jorge Prior estudió cine en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) y comunicación en la Universidad Iberoamericana. Ha dirigido las películas Café Tacuba (1981), El ombligo de la luna (1985) y Pruebas de amor (1991).

Como documentalista destaca en la dirección de Bajo la región más transparente (2009), en torno a la novela de Carlos Fuentes, y ¿Qué sueñan las cabras? (2011), en donde muestra el periplo de los pastores con sus animales por la montaña, hasta el día de la matanza colectiva en Huajuapan de León, Oaxaca.

Ha dirigido más de un centenar de documentales culturales para la televisión pública y fue productor de No tuvo tiempo, la hurbanistoria de Rockdrigo (2004), de Rafael Montero, así como de Los demonios del Edén (2007), de Alejandra Islas, en donde se muestra la batalla de Lydia Cacho contra pederastas de gran poder económico y político.

Actualmente, Jorge Prior realiza un ambicioso documental acerca del pintor José María Velasco y, por otro lado, traslada a video los libros de la colección Luz portátil (Artes de México), con entrevistas a los fotógrafos que ahí han participado.

IV

Cuando Jorge Prior le puso punto final a El carretón del desierto, la compañía nómada estaba integrada sólo por Kasia, Jaime, tres caballos, el burro Pascualito y un montón de títeres. En 2024 también ya es parte del elenco un pequeño niño mexicano llamado Antón, hijo de los artistas europeos, quien es el presentador oficial de los espectáculos.

Aunque Kasia Sek y Jaime Hevia han recibido algunos apoyos gubernamentales durante el tiempo que han radicado en México, merecerían un reconocimiento mayor porque no solo han llevado diversión de calidad a zonas muy marginadas, también se les deben talleres de teatro en beneficio de cientos de niños que han sido tocados por la varita mágica de la cultura.

V

Sin duda, el espíritu de Federico García Lorca, creador hace casi un siglo de la compañía de teatro itinerante La Barraca, ronda por el altiplano mexicano y le susurra consejos a Kasia, Jaime, Antón y Pascualito.

AQ

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