Una cicatriz que nunca te cansas de besar

Reseña

'El olor de las orquídeas', de Mariana García Luna, es un homenaje al amor en diversas manifestaciones.

Portada de 'El olor de las orquídeas', de Mariana García Luna. (Harper Collins)
Armando Alanís Pulido
Ciudad de México /

Somos la consecuencia de los pormenores que la vida nos presenta

Una historia bien contada, siempre será una buena historia, a mi parecer uno de los “buenos” efectos colaterales que nos dejó la pandemia fue la de ganar experiencia como espectadores y lectores, si leímos más o vimos demasiado cine por las plataformas, el asunto que ya no tenía el pero de “es que no tengo tiempo” exigía un poco más, vaya, insisto, teníamos tiempo y cuando se tiene tiempo uno lo puede perder o puede hacer reflexiones más allá de los géneros narrativos, centrándose en la historia y en la voz, hoy a “las abejas”: autoras que desde Monterrey están escribiendo y publicando todas las historias posibles desde ángulos bastante interesantes, se suma la voz, que hay que atender, de Mariana García Luna.

Escribir una historia, escribir la historia de una familia, su conformación, escribir implica siempre sostenerse sobre una cuerda floja. En El olor de las orquídeas (Harper Collins, 2022) y también en sus anteriores libros: Frutario (2012), La hora del té (2015) y Memorias del más allá, para vivir en el más acá (2016), Mariana recorre ciudades del mundo y al mismo tiempo recorre la condición humana, suena sencillo suena fácil, pero los kilómetros acumulados por la autora se reflejan en su prosa sabrosa (entrañable y lúdica) y en su voz suave y clara pero firme como la de los yvymareños, Mariana ha escrito en esta historia (peruana) un hermoso homenaje a la vocación por la medicina y en ella los lectores podemos caminar ligeros y al mismo tiempo nos da testimonio desde otros puntos de vista, la magia por ejemplo.

Mariana se puso en modo “déjame que te cuente…” y eso siempre se agradece.

Personajes entrañables, como los siguientes, que gracias a la autora viven una total sincronización del destino y ¿qué significa eso? Obvio: amor.

Raquel o la vista inundada por mares

Una de las cosas que nos provoca el amor es la rebeldía (esta puede ser a gotas o puede ser a mares) entonces ahí andamos primero que nada desobedeciendo a nuestros padres, luego lamentos y llantos, porque ¡ahhh!, nadie absolutamente nadie sufre más que uno, aunque luego atender el sufrimiento de otros nos aparta del propio, pero en la lucha por el amor necesitas aliados: una abuela por ejemplo.

Raquel mordida por una serpiente, Raquel camuflada en la selva vigila amorosamente a Alejo, Raquel amazónico fantasma habita la vida mientras evita la muerte, Raquel resquebrajada, Raquel rio, ceiba, ficus, lirio, helecho, orquídea, mariposa, delfín, guacamaya, hormiga, piraña, piedra, tierra.

Raquel aire.

Alejo o la selva que llevamos dentro

Una de las cosas que necesita el amor son las coincidencias y esas coincidencias deben ser fuertes, fuertes como una casa de fierro en medio de la selva amazónica, más allá de que haya sido diseñada por el mismísimo arquitecto Gustav Eiffel en plena fiebre del caucho, a esa casa la veo como una sólida metáfora edificante que le da un hermoso sentido a la historia, también porque creo que los objetos son personajes, la hermosa sombrilla azul que como flecha de cupido da en el blanco (bueno se le incrusta en la cara a Alejo pero creo que dio en el corazón) y provocó el inicio del romance, por cierto ese objeto me remite a dos cuadros de Monet: Paseo, aunque ahí la sombrilla es de color verde y Campo de amapolas donde ahí si es de color azul; pero no perdamos el hilo con mis distracciones (ni la memoria) aunque luego vengan días terribles de tormentas e inundaciones.

Alejo un hombre simple, guiado por el amor, Alejo guiado por un fantasma.

El vestido de novia

Abrazarse a.

Brillos, aroma a flores…

Carmina caída del cielo

Lazos de Amor incondicional, una aldea, los ojos no pueden ver lo que el corazón no esté preparado para sentir, salvarte a ti mismo para poder salvar a los demás.

Santiago o el implacable secreto

Continuar un legado implica muchas veces ir en contra de nuestra propia naturaleza y de nuestro propio ser, saber que existen lugares del cuerpo por haber estudiado medicina está bien, pero descubrir el dolor en ellos y más si ese dolor es provocado por la impotencia y por el desconsuelo es el verdadero tratado de Anatomía.

Santiago herbolario, Santiago luchando contra el apego extremo a la tradición y a las costumbres, Santiago rompiendo todos sus esquemas.

Nana o conocer a alguien primero en sueños

Las habilidades psíquicas son sencillamente bondad, no tienes que ser psíquico para entenderlo.

Nana siempre dispuesta a escuchar, Nana protectora, sanadora de almas,

El corazón dando ladridos.

La tierra sin mal

Eso es esta novela: una aldea (Yvy mare), con historias increíblemente enlazadas, una historia con su propia sabiduría, el poderoso significado que tenía el vestido de novia y el léxico colorido de Mariana, el orden y por supuesto la sensibilidad de la autora proponen y disponen una aventura como las que seguro uno puede tener en un safari en la selva, la lectura de El olor de las orquídeas transforma a lo largo de sus capítulos todas estas estructuras sistematizadas que incurren en los personajes, en una posesión totalitaria en la cual hay que insistir y seguir insistiendo: El amor.

AQ

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