Esclavitud más allá de las fronteras

Teatro

La obra Emigrantes, a cargo del Grupo Teatral Emergente de Caracas, se presenta los domingos, hasta el 1 de septiembre, a las 18:00 horas en el teatro La Capilla.

'Emigrantes' se presenta en La Capilla. (Foto: Leonora Ortiz)
Alegría Martínez
Ciudad de México /

Los personajes a quienes Sławomir Mrożek designó como AA y XX en 1975 hoy respiran y se llaman Sebastián y Juan. El primero es un intelectual de izquierda que busca cambiar el mundo y el segundo un obrero que trabaja para comprar casa y volver adinerado a su tierra. Cada uno persigue una libertad distinta desde el sótano de un edificio que mantiene su anonimato en un país que no es el suyo, donde sus diferencias crecen hasta cerrar el círculo.

Opuestos, contradictorios, unidos por la fragilidad y la resistencia que impone el exilio, los personajes de Emigrantes, cautivos en el espacio de una seguridad temporal, conviven al amparo de un par de cobijas en el suelo, su respectiva silla, maleta y un grifo que solo a ratos les provee un poco de agua.

El montaje, a cargo del Grupo Teatral Emergente de Caracas, protagonizado por Sebastián Torres y Jesús Delgado, traduce con sentido común, hondura y gotas de humor, el dialéctico texto de Mrożek, que expone el juego de poder entre dos seres humanos que manipulan, cada uno a su modo, la palabra y la acción en beneficio propio.

La dirección de Jesús Delgado y Dimas González plantea un montaje en el que los personajes entran a escena seguidos de una brillante luz que enmarca su silueta con un resplandor, para enseguida iniciar un andar en el mismo lugar de arranque, que no avanza, como si el camino se hubiera congelado, hasta que empieza un diálogo en disputa que revelará lo que cada uno esconde.

El tono azul persiste en los vasos, el termo, el peluche, las maletas y el vestuario de los personajes, como si fuera un filtro de color que el espectador asimila progresivamente según irrumpe en cada escena el diálogo de revancha que exhibe a Sebastián en su prepotencia y a Juan en su abuso encubierto de franca inocencia, hasta hacer encallar a ambos en una vulnerabilidad que irrumpe.

Los signos de luz y color sobre el escenario remiten a la ficción mientras el realismo de los diálogos y la actuación de Torres y Delgado devuelven la dimensión íntima y humana a una parte del conflicto de la migración al otorgarle un rostro que esconde obsesiones, egoísmo, falta de conciencia y solidaridad, bajo la opresión de un sistema que descalifica y desecha a los personajes.

Asimilado el texto de Mrożek por director y actores en la complejidad que esconde su sencillez aparente, en la equilibrada revelación del subtexto y en el juego de víctima y victimario que adoptan los personajes, Emigrantes revela una humanidad ya en crisis en ese 1975, cuando la obra fue estrenada, bajo la dirección de Andrzej Wajda, en el Teatro Stary en Cracovia.

La obra del narrador y dramaturgo que estuviera en México en la década de 1990 encontró un grupo teatral venezolano que asume la acción y la palabra como un desafío en torno a la creación de personajes, circunstancias y atmósferas que trascienden espacio, mobiliario, colores y materiales, para tocar a un espectador ávido de presenciar un montaje que lo implique sin que pretenda apantallarlo.

Los integrantes del Grupo Teatral Emergente de Caracas, incluidos el escenógrafo Miguel Moreno, el iluminador Erick George y el vestuarista Jesús Delgado, rompen con el lugar común que alude a cierta etiqueta estética de la migración para hacer un acercamiento intenso y conmovedor a los personajes, rumbo al espejismo de lo que han concebido como aspiración mayor.

Emigrantes, titulada por el dramaturgo polaco Los emigrados, obra virtuosa sobre el exilio y la libertad —con un subrayado e irónico tono izquierdista que se percibe un tanto empolvado—, es esencialmente el descubrimiento de esa esclavitud que va más allá de las fronteras territoriales.

'Emigrantes' se presenta los domingos a las 18:00 horas en La Capilla.

ÁSS

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