Eva Castañeda: “Tendríamos que exigir inteligencia de aquello que leemos”

Entrevista

"Uno puede estar muy enamorado pero también hay que pagar la renta", dice la escritora mexicana, cuyo libro más reciente, 'Ensayos para una historia de economía doméstica', cuestiona y complejiza las relaciones entre política, economía y literatura.

Eva Castañeda, escritora y académica mexicana. (Foto: Ángel Soto)
Ángel Soto
Ciudad de México /

Cada vez que le dicen poeta, Eva Castañeda corrige a sus interlocutores: prefiere un apelativo más ecuménico: escritora. Sus textos, aunque parecen adoptar la forma de la lírica, escapan a cualquier taxonomía convencional. Castañeda posee un interés literario que excede los confines de las etiquetas. Por eso experimenta con las posibilidades que se revelan sólo al caminar sobre las líneas fronterizas de los géneros. “Tengo una conciencia muy clara de transgredir las nociones literarias y discursivas”, cuenta en entrevista con Laberinto.

Su libro más reciente se llama Ensayos para una historia de economía doméstica (Elefanta, 2023). El título ya anuncia la intención disruptiva de su autora y ofrece, al mismo tiempo, una clave para su lectura. “Es un libro misceláneo, porque se dispara hacia distintos derroteros con un tema como columna vertebral: la cotidianidad”, explica Castañeda. En su óptica, el acontecer diario y —en apariencia— mundano se vincula indefectiblemente con lo político, lo económico, lo histórico y lo amoroso. “En la vida cotidiana todos estos temas están en diálogo, porque uno puede estar muy enamorado pero también hay que pagar la renta”.

De relaciones y manejo del dinero sabía mucho sor Juana, que exponía ciertos nudos amorosos como un problema de finanzas. Algunos de los sonetos de su Inundación castálida (1689) están salpicados de jerga monetaria. Aficionada a las matemáticas, la más grande poeta del Barroco era consciente de esos nexos hace tres siglos. En algún momento de la historia, la poesía mexicana se desbocó sobre la búsqueda de lo trascendental y comenzó a desdeñar el acontecer común. “Hoy, más que nunca, estos temas que aparentemente no eran propios de la literatura o de la poesía, están sobre la mesa porque convivimos con ellos todo el tiempo”, dice la también autora de otro libro difícil de clasificar, Decir otro lugar (Elefanta, 2020).

Eva Castañeda: "Hay que acudir al humor para subvertir ciertas estructuras políticas". (Foto: Ángel Soto)

Además de notable conocedora de la poesía mexicana contemporánea, Castañeda es docente en el Colegio de Estudios Latinoamericanos de la UNAM. En el aula —igual que en su escritura— política, economía y literatura conforman una trigonometría capital. “Cuando doy clases, no puedo ver la literatura como una abstracción, porque cada obra está en diálogo con un contexto que la precede y que le sirve de escenario. Tener esa conciencia sobre las luchas históricas que ha atravesado América Latina me permite situarme en mi contexto y en mi propio lugar de enunciación. No puedo simplemente sentarme a escribir un poema de amor sin considerar todo eso”, explica.

La literatura de Eva Castañeda jamás tiene un propósito único. Ensayos para una historia de economía doméstica exhibe también una vocación metaliteraria. Busca llegar a la profundidad, a “lo de adentro”. Como escribe en uno de sus ensayos —“Teoría literaria (La disección)”—, su enfrentamiento con el cuerpo literario aspira a “desmigajar un texto para entenderlo”.

“Me interesa hacerlo con un poco de ironía”, dice la autora, “porque creo que la poesía mexicana no echa mano del sarcasmo, del humor. Tendemos a utilizar un registro muy solemne. Pienso que hay que acudir al humor para subvertir ciertas estructuras políticas, económicas y sistémicas”.

La pompa es un exceso que desencanta. Existen, por fortuna, creadoras dispuestas a desafiar la suntuosidad. Eva coincide: “Quienes están escribiendo las cosas más interesantes en este momento son las mujeres. No lo digo en un afán de feminismo radicalizado —aunque puede sonar así—, lo digo porque pienso que somos las mujeres quienes estamos explorando nuevas formas de lenguaje, nuevos temas, nuevas rutas estéticas y políticas en todos los sentidos. Eso nos hace cuestionar y reflexionar el propio quehacer literario desde otros derroteros”.

La importancia de un cuestionamiento depende más de su planteamiento que de la solución. Esa, precisamente, es la virtud cardinal de Ensayos para una historia de economía doméstica. Con admirable lucidez, Castañeda incomoda, descoloca, provoca y sugiere. No teme navegar a contracorriente de la hegemonía literaria. “Aspiro a una literatura mucho más honesta”, concluye. “La suma de metáforas que suenen bonito, no me interesa. Tendríamos que aspirar a un arte que nos increpe, más allá del arrobamiento estético. El mundo se está cayendo y todo es muy absurdo. Por eso, tendríamos que exigir inteligencia de aquello que leemos. Esa es mi apuesta”.

'Ensayos para una historia de economía doméstica' (Elefanta)

ÁSS

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