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Una escritora sentimental

La guarida del viento

Jane Austen vivió apenas poco más de cuatro décadas. A 250 años de su nacimiento, sus novelas se siguen leyendo y se siguen haciendo series y películas.

Alonso Cueto
Ciudad de México /

La historia parece muy sencilla. Una madre de cinco hijas piensa que está a punto de perder la casa donde viven. Sabe que si su esposo muriera, su primo asumiría la propiedad y las dejaría en la calle. Su situación, en la Inglaterra de fines del siglo XVIII, es muy difícil. Sin embargo, algo ocurre que puede ser la solución a todos sus problemas. Las cinco hijas de la señora Bennet son casaderas. Tienen entre quince y veintitrés años. Y llega una noticia al pueblo donde viven. Un hombre de mucho dinero acaba de llegar, el señor Bingley. Y ha traído a un amigo, otro hombre solvente. Se llama Darcy.

No es tan eficaz dirimir venganzas personales en la narrativa; puede pasar que el aludido no se dé cuenta o de plano no lo lea. (Archivo)
No es tan eficaz dirimir venganzas personales en la narrativa; puede pasar que el aludido no se dé cuenta o de plano no lo lea. (Archivo)

Esta premisa está anunciada por una de las primeras frases más deliciosas de cualquier novela: “Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa”. Cuando escribió el libro, Jane Austen tenía apenas veinte años. Nunca supo que la historia de amor que estaba contando, con Darcy y Liz como personajes estelares, iba a hacer soñar a millones de lectores desde entonces. El padre de Jane se la ofreció a un editor que la rechazó. En 1813 saldría publicada con su nombre actual, Orgullo y prejuicio. Pero la autora no figuraba con su nombre. El libro apareció firmado por “A Lady”.

Este 2025, se cumplirán 250 años de su nacimiento. Sus novelas nos siguen encandilando. En la historia de la literatura, hay pocas mujeres tan independientes, tan emotivas, tan fuertes y tan interesantes como Liz Bennet. Lo mismo puede decirse de esa pareja de hermanas, Elinor y Marianne Dashwood en Sentido y sensibilidad. El hecho de que las dos hermanas sean tan opuestas las hace inseparables. El episodio en el que Willoughby rescata a Marianne de un accidente en la lluvia, es memorable. En 1995, una película escrita por Emma Thompson recogió todo el espíritu de la novela.

Quizá de todas sus obras, la más ambiciosa sea Emma, que cuenta la historia de una mujer que se siente a cargo de promover relaciones de amor entre sus conocidos. Emma termina, por supuesto, enredada en sus propias maquinaciones. No puedo olvidar, sin embargo, su último libro, Persuasión. Uno como lector recuerda siempre la carta que le envió, muchos años después de ser rechazado, el capitán Wentworth a Anne, “entre la desolación y la esperanza”.

Con frecuencia me he preguntado por la vigencia de Jane Austen en todo el mundo. Sus novelas se siguen leyendo. Se siguen haciendo series y películas. Apenas vivió cuarenta y un años. En su obra no aparecen los grandes traumas de su tiempo: la revolución francesa, la independencia americana o la revolución industrial. Se limitó a contar historias de amor. Sus personajes creían en estas historias con finales felices, matrimonio incluido. Esa ingenuidad natural, que molestaría a otra escritora extraordinaria, Emily Brontë, es la que brilla en los rostros de sus personajes hasta el día de hoy. No tuvo miedo de hablar de las emociones. Es lo que buscan todavía tantos lectores sentimentales en todo el mundo.

AQ

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