Esa noche el poeta víctor
bebía un daikirí atento a la voz de su mujer
mi esposa intentaba bailar creo una rumba
frente a los tres músicos que amenizaban el bar
entonces descubrí a ernesto hemingway
observándome claramente ahí
nada bueno que ernie te esté mirando sin disimulo
de pronto estaba junto a mí y dijo: siento
la frialdad del cañón en el hueso de mi frente
y la rememoración de la escopeta entre los ojos
hurgando en el dolor desnuda como un hielo
AQ