Existe un movimiento artístico que no se ve en otras ciudades ni entidades del país, como el que se vive en las playas de Rosarito, Baja California.
Esculturas, murales y fotografías se aprecian en las calles, los hoteles, restaurantes y por supuesto en las galerías de la ciudad, la mayor parte en la avenida Popotla, frente a los estudios de cine donde se filmó la película Titanic, dirigida por James Cameron y protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet.
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En Rosarito se desarrolla una actividad artística y comercial en la que se promueven tendencias, técnicas y estilos de una gran cantidad de artistas de México y Estados Unidos. Existen 35 galerías, algunas de ellas ofrecen al público hasta la brisa del mar. Todas tienen algo que las caracteriza, por eso los turistas y coleccionistas encuentran siempre obras que los sorprenden en este mercado del arte con la denominación “Hecho en Baja California”.
El promotor cultural y artista Benito del Águila, con un grupo de creadores y gente de la comunidad, impulsa cada año la Art Walk Rosarito, feria de arte y puente cultural binacional, posicionada como un encuentro de gran trascendencia en la entidad. Tan solo el pasado Memorial Day Weekend, acudieron 6 mil turistas y coleccionistas para conocer las tendencias, apreciar el trabajo de los artistas, dialogar con ellos, y comprar sus obras.
Esta fiesta del arte reunió a 60 galeristas y artistas, además de la obra de 34 artistas jóvenes, emergentes y consagrados, entre ellos: Germán Rubio Sierra, Marlen Castor, Alejandra Phelts y los trillizos Torres Pacheco: Luis, Leonel y Lorenzo, en la gran exposición colectiva Picto/Grafía, en la sala internacional del Centro Estatal de las Artes de Rosarito, enriquecida con textos de reconocidos escritores de Tijuana.
La incansable promotora cultural y artista Rocío Hoffmann Silva, relata cómo fue que en 2009 consiguieron el apoyo para iniciar este proyecto artístico único en el país, luego de que ella pintara el rostro del gobernador en un par de separadores y se los obsequiara, consiguiendo la atención del mandatario estatal, quien les dio un apoyo de 20 mil pesos, ese fue el inicio del Rosarito Art Fest, actualmente Art Walk Rosarito, que sobrevive con recursos propios.
“Lo que está haciendo este festival es un esfuerzo para visualizar nuestro arte, porque tenemos la situación geográfica más importante, no estamos en Estados Unidos pero estamos a 45 minutos del estado más rico del planeta, que es California, y les gusta comprar arte. Invito a los empresarios a que se sumen a este tipo de proyectos artísticos para dar la mejor cara de Baja California”, subrayó Hoffmann.
El escritor Adolfo Morales Moncada destacó la singularidad de Rosarito, Tijuana, Ensenada y Mexicali, donde desde hace cinco lustros se vive una efervescencia de artistas y escritores, como en ningún otro estado del país.
Él coordinó la invitación para los escritores y escritoras, como la joven Diana Heredia, con la finalidad de crear vínculos entre la imagen y los textos de la exposición Picto/Grafía.
En la muestra destaca la presencia de artista Hugo Crosthwaite, uno de los creadores de mayor renombre en la localidad, con 50 años de trayectoria con reconocimientos como el Premio de la National Portrait Gallery.
Crosthwaite siempre está en el Art Walk Rosarito porque “es uno de los eventos culturales más importantes de Baja California, yo vivo aquí en Rosarito y para mí es un placer que me hayan invitado y lo hago con todas las ganas”, afirma.
Mel Gibson entre los coleccionistas
Debido a la oferta artística, acuden a Rosarito muchos estadunidenses que al descubrir el arte que se genera en la ciudad se vuelven coleccionistas, como es el caso de los actores Mel Gibson y Julianne Moore, “que ya son como parte de la familia porque vienen especialmente a comprar obra aquí”, dice Polo Valencia García, pintor y galerista, quien llegó a estas tierras a los 14 años de edad desde la Ciudad de México, donde nació.
“Cuando Mel Gibson vino, fue porque miró obra en un condominio de aquí cerca, le gustó mucho y preguntó dónde la habían comprado, entonces vino especialmente a comprar una obra para regalársela a un amigo que cumplía años”, comentó.
Asimismo, otro de los galeristas es Óscar Mora cuya galería está en Puerto Nuevo, un lugar reconocido por su gastronomía basada en la langosta. Él comercializa el arte en popotillo, ha ganado varios certámenes y sus obras ya forman parte de exposiciones en Francia y en Estados Unidos.
La magia de los artistas de la región de Baja California está lejos de ser una escuela, afirman los y las artistas, ya que, aseguran, cada uno apuesta por su propia línea y lenguaje.
ÁSS